CAPITULO 2

Apenas y sabia donde estaba, al abrir y cerrar los ojos, simplemente con un solo parpadeo supe que algo había cambiado.

Un aroma diferentes se respirada, era entre calido, armonioso, eran rosas, como si algo o alguien estuviera a mi lado o al frente de mi, pero sin embargo no había nadie.

Una sensación extraña apareció por un mínimo de 3 segundos, recorrió todo mi cuerpo, estaba asustaba pero a la vez fascinada por ese aroma en el ambiente.

Inhale profundamente una vez mas para quedarme con ese aroma, di un paso para empezar de nuevo mi caminata y pensar de nuevo en cosas que de verdad valían la pena, no cosas que solo me imaginaba.

Un estallido de emociones paso por mi, tristeza, dolor, angustia y miedo. No entiendo el por que solo sabia que algo iba a pasar y me daba miedo, mucho miedo.

Iban hacer las 10 de la mañana cuando me di cuenta de la hora sin mas que hacer tome el libro que estaba leyendo en una pequeña banca del parque. Y pare, simplemente fui directo a la casa de mi abuela Rita, ella si me comprendía, ella sabia lo que pasaba por mi mente, ella sabia absolutamente todo de mi.

Sin mirar hacia atrás, seguí mi camino para ir directamente a su casa, a aquella casa que de verdad sentía mi casa, que sabia que mi abuelos me recibirían a la hora que sea, sin ponerme pretextos o decirme que están ocupados como mis padres me decían todo el tiempo.

Entre a aquella casa, roja de ladrillos, con música alta pero música relajante, música clásica, me sentía tranquila, ya me sentía bien, mis problemas habían quedado afuera, desde la puerta hacia adentro sabia que no tenia que sentir miedo, temor, tristeza o algo así, sabia que estaba bien.

-¡hija de mi vida!- se expreso mi abuela con emoción- ¿a que hora has llegado?- tu abuelo acaba de salir, pero en este mismo momento le llamo para decirle que estas aquí y te traiga algo para comer.- sin mas que decir tomo el celular pero la detuve.

- mama Rita- nunca me atrevería a decirle abuela, al igual que mi abuelo-no…no le marques

-sabia que estabas mal, esos ojos tan hermosos no me mienten, ven, vamos a la sala y dime todo lo que sientes, por que veo que estas muy confundía.

En ese mismo momento empecé a llorar, las lágrimas salían como cascadas, cayendo entre las piedras. No podía dejar de llorar, aun no sabia el por que, pero de verdad estaba mal.

-alguna ves, te has sentido que no tienes un lugar en este mundo, que eres como un cero al izquierda, es como me siento, no me siento bien, simplemente no quiero estar aquí- le dije aun llorando, tratando de controlarme.

- eres cruel, solo las personas raras se sienten como tu, pero sabes, las personas raras tiene  derecho a sentirse así, por que significa que en realidad son personas grandes, que con nada se conforman, que ellos solo pueden salir adelante pero…

-señora Rita, donde le pongo esta caja.-salio un joven que cuya mirada expresaba alegría. –buenas tardes, creo- se expreso con una cara de perdón al darse cuenta que estaba llorando

-Hem… Oscar, ella es mi nieta, Alina, la que te he dicho-mi abuelo lo miro por un minuto sin perderle la vista, pensando y analizando algunas cosas-Oscar, te puedo pedir un favor

-por supuesto señora, lo que quiera

- Alina se va ir sola, sabes que yo no puedo caminar mucho, la podrías acompañar a su casa. Parece que el señor Alonzo fue a hacer la pasta.

-mama Rita, sabes muy bien que puedo ir sola, no seria la primera vez- por algún motivo estaba haciendo esto-

-por supuesto señora, solo permíteme dejar estas cajas en el sótano- sin mas que decir se dio media vuelta y fue directamente al sótano. Mire a mi abuela con un signo de interrogación en mi cara-

- Alina, lo hago por tu bien, Oscar es un joven muy bien portado, además se parece a ti…

-listo señora Rita

-muy bien, gracias, Alina hija, cuídate mucho, trata de no pelear con tu madre.

-Hare lo posible mama Rita, hasta luego, te quiero.

Sin mas de que hablar empezamos a caminar directo a mi casa, el simplemente no hablaba y yo no quería hablar, venia pensando y escuchando música, mañana empezaba el entrenamiento y ya no podía seguir faltando a la escuela.

-sabes que tu abuela me a hablado mucho de ti, dice que te sientes igual que yo- me saco de sus pensamientos,- puedo preguntarte algo

-por supuesto-lo mire directo a su rostro.

-¿Por qué estabas llorando?

-perdón por decepcionarte pero, creo que eso no te incumbe

-claro que me incumbe, sabes creo que tengo una idea del porque,- lo mire con cara de claro que no- llorabas por que te sientes sola, no sabes cual es tu lugar en este mundo, miras a tu alrededor y te preguntas que por que estas aquí, aveces por tanto pensar y caminar se te pasa el día y llega a lugares que ni siquiera conoces, te preguntas tantas cosas en tu cabeza que esas preguntas te llevan a mas preguntas, es tanto tu temor quedarte sola, sin tus abuelos, supongo, que te refugias solamente escuchando música, ¿estoy en lo cierto?

-c-como sabes- lo mire con cara de sorprendida, claro que me sentía así, y sentía mas cosas aun

-simplemente yo también me siento así. Ven, vamos al parque a descansar un rato que estoy muy cansando, tu abuela si que me pone trabajo.

Sin mirarnos, decir por lo menos una sola palabra, y por lo menos movernos de la banca de aquel pequeño parque. Me sentía a gusto con el, el no era esa clase de chicos con que simplemente buscan un pretexto para aprovecharse de ti.

Me surmegui una vez mas en mis pensamientos, cada vez batallaba mas en tratar de abrir lo ojos, el cansancio y la oscura noche no me ayudaba, mis ojos pesaba cada vez mas.

POV PAOLO

Tenia que verla, a pesar de que la había visto esta mañana  me sentía que de nuevo la tenía que ver, que una vez mas tenía que ver esos ojos tan profundos, algo había en su mirada, algo que ningún humano tenia.

¡Romeo!, se me vino su nombre  en mente, el me podía ayudar, el tenia que saber como, me levante muy rápido de mi cama, ya tenia que estar en su cuarto, hace mas de una hora que habían anunciado la cena, gracias a dios que este “trabajo” no tenia horario, que simplemente podíamos salir a la hora que sintiéramos algo malo en el mundo de los humanos.

Me apresure al subir las escaleras que llegaban directamente hacia su cuarto, había poca gente en el pasillo.

Sin parar abrir su puerta haciendo que el se levantara, estaba dormido.

-ha, eres tu, ¿Qué quieres?

-necesito que me ayudes, algo me ha pasado-lo dije tan rápido que el se levanto de su cama.

-¿Qué paso?, ¿estas bien?, ¿María esta bien?, di algo por favor

-necesito viajar al mundo de los humanos…

-pues ya sabes el camino-me dijo señalando su puerta

-escúchame y me entenderás.

-esta bien, esta bien, suéltalo, ándale que tengo que tengo sueño.

-te acuerdas de lo que te pregunte al llegar-el solo me miro y solo dijo que si con cabeza- la chica, no me la puedo sacar de la cabeza. Tengo que verla, tengo que saber que esta bien, necesito ir al mismo parque que fui hoy.

-¿estas loco verdad?-me fulmino con la mirada-sabes muy bien que nunca podemos ir al mismo lugar, que eso no es cosa de nosotros, que…

-¡escúchame!- le grite por tanta desesperación que tenia,- ¿tu como le hiciste para ver de nuevo a Elizabeth?, nunca he estado así por un humano, tu muy bien lo sabes.

-bueno, yo vi de nuevo a Elizabeth, arreglando unas cosas de sala de control, tuve que hablar con Guillermo y el me llevo de nuevo a Francia.

-habla con el, dile que necesito ir a Italia, ¡la tengo que ver!

-esta bien, ven vamos, bueno como te veo, tenemos que correr

Caminamos a pasos muy rápidos, cuando vi la sala, por un minuto me tranquilice. Me quede afuera de la sala de control mientras que Romero hablaba, salio con cara de pocos amigos y me miro.

-dice que esta bien, que vallas a al cuarto a que transporten, ¡pero ya!, mañana te explico lo que me debes.

-gracias- me fui corriendo y solo cerré los ojos, de nuevo, en aquel parque, la brisa de la noche caí, solo empecé a caminar viendo todas aquellas bancas que estaban vacías o por lo menos había jóvenes que me miraban. De repente la vi, dormida, recargada con aquel chico, el joven le tomo la mano y le hablo al oído, me entro el pánico de que ese chico fuera su novio, pero ella muy delicadamente le sonrío, se paro de aquella banca y el la siguió.

-gracias-exclamo ella sin titubear- gracias por todo, lo abrazo con aquella dulzura.

- de nada, sabes que estaré aquí para cualquier cosa.-le toco el rostros, quería ir a pararlo, no quería que la tocara.

-eres la primera persona que tratare de confiar.-le sonrío

-por lo menos trataras.-un abrazo mas y cada quien se fue por su camino.

Ella seguía con sus audífonos, cuando llego a una casa, volteo hacia atrás y yo solo me escondí.

-se que  estas ahí, sal- ¿se refería a mi?- me has estado siguiendo, te eh visto.

¿Qué tenia que hacer?, tengo salir, hablarle.

-yo no te estoy siguiendo, soy nuevo en esta colonia, así que yo voy para mi casa-se me ocurrió rápido, no tenia mas que decir

Ella solo sonrío y me miro a los ojos, fue cuando la vi directamente, solo tres metros me separaban de ella, esa sonrisa me cautivo, sus ojos, su voz todo de ella era fascinante y estaba hablando con ella, nunca olvidare este momento, solo esperaba a que dijera mas palabras para yo responderle, quería seguir con ella...

"El amor no es amor cuando con algo lo alteras o se aparta con desvíos. Es una marca indeleble que enfrenta tempestades y jamás se debilita." – sensatez y sentimientos

No recuerdo quien dijo la frase, creo que fue Marianne Dashwood, pero bueno lean el libro esta genialJ.

Gracias por recomendar el blogs, por favor sigan recomendando y se que va muy aburrida la historia pero ya viene lo bueno, según mi hermana, que ella esta leyendo ya el capitulo  4 y 5