lunes, 14 de mayo de 2012

CAPITULO 11


CAPITULO 11


POV LIONARDO



El tiempo del  amor existe, aunque nadie lo crea, el tiempo corría sin  poder detenerlo, no podía hacer nada más que esperar y esperar sus ojos estaban en mi mente, su voz grabada en mi ser, y su amor estaba hecho para mí.
El reloj corría, los minutos y segundos cada vez se me hacían más rápido, era imposible detenerlo, aunque fuera un hijo del tiempo no podía detener el tiempo. Ese maldito reloj de arena avanzaba dejándome cada vez peor.
Tenía que actuar ya, tenía que demostrar mi amor a Alina o sería demasiado tarde o tal vez si lo hacía sería demasiado pronto, no sé qué pasaba no sé cómo actuar esta vez, sería más sencillo si los hijos del tiempo no estuvieran aquí.
Los pensamientos no deseados invadían mi mente, no podía escoger a otro ya que yo era el amor de su vida. Aun recuerdo la primera vez que fue mía, la segunda vez que la vi y la tercera vez que la vi aquí, caminando por el parque, estaba tan abstraída del mundo que no se dio cuenta que la seguía. Simplemente la amaba, ella era mi todo, ella tenía que estar conmigo, cada que la veía sentía como cambiaba, cada que la miraba ya no había personas a mi alrededor solo estaba ella.
Como quisiera decirle en estos momentos a Alina que yo te enseñe que era el amor, que nunca amaría como me ama a mí, que siempre que te enojas ya no perdonas, que eres difícil cuando tienes una idea y nadie te la saca de la mente, que aun tienes mi olor en tu cuerpo, que jamás te olvidaras de mi, que siempre me amaras, que cada beso que te daba me decías con tu mirada que me amabas, por favor Alina, si te das a una oportunidad con ese hijo del tiempo no te olvides de mí, porque yo en las vidas pasadas fui tu novio y amigo y que me despertabas con beso cada mañana, ruego escuchar tu voz en mi oído todas las mañanas diciéndome cosas sobre nuestro hermoso destino.
-no piensa mas amigo mío – no, no podía ser el de nuevo.
- ¿Qué haces aquí?
-simplemente vine a hacer mi deber, como todos los…
-te dije hoy en la mañana que te fueras que podía solo – sabía muy bien lo que quería, quería hacerme estallar de la rabia.
- no te has acercado a ella, como dije anoche mi querido amigo, el reloj de arena corre – agarro algo del escritorio de mi cuarto y me lo aventó – anda, marcarle y dile que quieres salir con ella.
- estás loco…
-no más loco que tu.
El tenía razón, estaba loco, pero por ella, por tenerla cerca de mí aunque sea por unas horas, la amaba con todo mí ser.


POV Alina



Que había pasado aquella, cosas inexplicables, cosas que para mí lo eran todo pero no podía darme el lujo de pensar positivo aquellas cosas, era tarde, mi corazón ya estaba destrozado, mi cuerpo y mi alma no reaccionaban, estaba enamorada de un ser que extremadamente me atraía, el ya pertenecía a mi mundo, pero, ¿Qué pasaba con Lionardo? Yo… yo también lo quería mas que un simple amigo pero no lo conocía, ¿Qué pasaría si lo escogiera a el? Muchas veces me preguntado, ¿Qué pasa conmigo? ¿Por qué no soy del típico de chicas “normales”?  Nunca me ah interesado algo además de lectura y música, es obvio que no soy normal.
Entre tanto pensamiento me quede dormida. Un  momento, ¿Cómo se que estoy dormida?
-tranquila pequeña, nada pasara
-¿mama Rita? –ella otra vez en mi sueño.
- solo ten fe en ti y ten paciencia de todo, tu solo escucha como tu destino, te habla, no tengas miedo de caminar por el pasillo de piedras, escala la montaña, porque cada vez se pondrá peor, no llores cuando estés débil, demuestra valentía y siempre di que si puedes hacer todo, ahora empieza a caminar y no voltees atrás, o las consecuencias serán peores. – su voz era serena pero aun así había preocupación en esa voz.
- no entiendo, ¿Qué camino? ¿Qué consecuencias? ¿De qué hablas?
Me señalo con la mano izquierda un camino, que en efecto eran de piedras
-cierra tus ojos, trata de esconder el miedo que se apodera de ti, levántate cuando caigas con la frente en alto,  llega a la meta y siéntete libre y pura, no mires atrás, cierra tus ojos y confía en ti.
El viento hacia que mi cabello azotara mi cara y parte de mis hombros, mi abuela desparecía entre los árboles, tenia frio, el susurro del viento era aterrador, la lluvia empapaba a caer, la noche cubría todo, solo alcanzaba a distinguir aquel camino de piedras, pero solo con mirarlo un escalofrió recorría mi alma.
Los aullidos de los lobos se acercaban, se escuchaban las alas de unos pájaros, al parecer era una parvada, pero también se acercaban cada vez, el miedo me consumía, solo tenía dos opciones quedarme parada a esperar que llegaran los lobos o caminar y afrontar aquel miedo.
Sin pensarlo dos veces empecé a caminar, las alas se escuchaban más cerca, veía sombras negras paradas en los arboles, me miraban, sentía su odio, no me percate de que otra parvada venia de mi lado de derecho, pero estaba vez vi a los pájaros, eran cuervos. Me atacaban y yo trataba de espantarlos.
-¡hey! ¡Hey! Tranquila Ali – la voz de mi padre me saco de aquella pesadilla. La mire desconcertada, aturdida todavía de aquel sueño tan real.
-pero, ¿Qué haces aquí?
- buenos días hija, yo también te quiero – las notas de sarcasmo se notaban en cada palabra – es domingo hija, hoy no trabajo – me sonrió, yo solo asentí, aun seguía aturdida por esa pesadilla
Después de que mi madre saliera de mi recamara decidí ir a caminar un rato, escuchar mi música favorita, eso me relajaba más que estar en mi casa, la canción de passera de il divo me saco de malos pensamientos.
Camine hasta el parque que anoche, justamente en menos de 24 horas estaba aquí, en el mismo parque donde Paolo se me había declaro, y yo simplemente le dije que no, algo muy adentro de mi me decía que hice bien, que él no era para mí pero otra parte de mi me decía que lo quería como a nadie más en el mundo.
Las imagines de la noche anterior venían a mí, todo eso me hizo parar justamente en la misma banca, observaba aquella banca que me recordaba todo. Una lágrima recorrió mi mejilla.
-tengo boletos para Il voló - voltee de para saber de quién era esa voz - ¿vendrías conmigo?
- ¿Oscar? Pero ¿Qué haces acá? –tenia tanto que no veía a Oscar, para ser sincera no lo recordaba, en mi mente solo lo ocupaban dos hombres.
- tu abuela me dijo donde venias, - levante una ceja, mi abuela siempre hacia eso – antes de que te enojes con ella, déjame explicarte como estuvo todo, ¿está bien? – solo dije que si con la cabeza – ella escucho una llamada mía, escucho que mi amigo me cancelaba para el concierto, escucho el nombre de quien se iba a presentar y me dijo que te gusta mucho todo este tipo de música y además me dijo otras cosas, bueno, me dijo donde vivías para decirte que me acompañaras, entonces, ¿vienes?
- me encanta...
-Ali – oh no puede ser, era él, no, no lo quería ver. - ¿podemos hablar?
- hola Paolo, ¿es necesario? – voltee a verlo directamente a los ojos, pero dos pequeñas heridas estaban en sus labios y un pequeño moretón estaba en la parte izquierda - ¿estás bien?
- si, María me convenció de ir al doctor, y cuando María se pone terca, es muy terca
Un teléfono celular nos saco de la plática, era el de Oscar.
-¿Qué pasa? – exclamo con frustración y rodo los ojos. - ¿justo ahora? Estaba a punto… lo sé, lo sé, pero tu dijiste que ya podía acercarme, - unos minutos más de silencio por parte de los tres – está bien, no me queda otra opción, iré para allá. - cerro los ojos tratando de relajarse un poco, después de dos minutos los abrió y me vio – pequeña Alina lo siento, no podemos ir, problemas familiares, nos vemos después – me dio un beso en mejilla que duro más de lo necesario, voltee a ver a Paolo de reojo y el cerraba los puños con fuerza – te veo después, adieu ma reine douce* – pude notar el acento frases pero no entendí ninguna palabra de los que había dicho.
Pasaron cinco minutos desde que se fue Oscar, los cinco minutos más eternos que había pasado en toda mi vida. Miraba el suelo, no pensaba en nada, simplemente no quería mirar a Paolo, si levantaba la vista sabía muy bien que él estaba mirándome, no quería encontrarme con sus ojos porque perdería toda la barrera que  construí.
-Alina, necesitamos hablar sobre lo de ayer – él fue el primero que hablo, con miedo levante mi rostro pero mire otra cosa de su cara que no eran sus ojos, pero fue peor, porque lo mire directo a los labios, aun recordaba ese beso tan dulce de menos de 24 horas.
Paolo me había besado y con amor, pero yo tenía miedo, algo me decía que estaba mal lo que pasaba entre nosotros.
-creo que ayer en la noche hablamos lo suficiente – esas palabras salieron de mi boca sin pensar, me mordí el labio con nerviosismo.
-no fue suficiente para mi, Alina ¿Qué parte no entiendes? Yo te quiero como algo más que una amiga y no...
- no Paolo, basta, no digas nada, ayer te dije todo, las palabras que dije fueron suficiente para mí, lo siento si para ti no lo fueron. Me tengo que ir, mi hermana me espera para salir – fue una excusa barata pero sabía muy bien que por mi bien alejarme de él. Sin pensarlo dos veces di media vuelta y camine hacia mi casa, sin voltear atrás. Era lo mejor para los dos.




La música alta de mi hermana me despertó, no entendía el por qué mis padres no se levantaban con esa música.
Camine directamente hacia su cuarto y entre sin avisar, ella se estaba cambiando, poniéndose el pitufo de medicina* me reclamo el por qué no toque la puerta pero la ignore, fui directo hasta donde estaba su ipod y le baje el volumen.
-tengo una hora y media para dormir mas los lunes  y tú me levantas con tu música a todo volumen, se que entras a las 6:30 pero por el amor de dios Isabel, déjame dormir – cerré su puerta de un portazo y fui directo a mi recamar a acostarme pues sabía muy bien que le volvería a  subir el volumen a su música. No espero ni dos minutos cuando su música se escuchaba por toda la casa.
Mi teléfono celular sonó, sacándome de mis pensamientos y de los insultos que le decía a Isabel en mi mente.
-bueno – mi voz sonó con sueño, lo único que quería era dormir.
- hola Alina, soy Lionardo - ¿Qué demonios? ¿Cómo consiguió mi número? Una emoción adentro de mí explotaba. – te hablaba para decirte que si puedo pasar por ti para ir a la escuela, entonces, ¿qué dices?
- por mi está bien, pero solo hay un pequeño problema, entro a las 8:40 y tu a las 7:00, así que…
-no te preocupes, paso por ti a las 8, cuídate mucho – y colgó el celular.




Fui corriendo hacia el living dejando mi mochila tirada en medio, como siempre no había nadie en la mañana así que solo tome un jugo de naranja y ya, pero el claxon de un auto sonó justamente al frente de mi casa.
Al abrir la puerta me sorprendió ver a Paolo recargado en su Bora, su ojos se iluminaron al verme.
-¿Qué haces aquí? – fui un poco descortés.
-buenos días Ali, vine por ti para ir…
-Paolo, lo siento, yo no sabía, pero… como lo explico… Lionardo Ferrero vendrá por mi hoy, yo no sabía que ibas a venir hoy así que lo siento  - el solo volteo hacia la izquierda y miro el suelo, cerró los ojos con frustración y cerro su mano con fuerza.
-está bien, no es tu culpa, tenía que avisarte. – volteo hacia su carro y se subió.
Arranco al auto con tanta velocidad que di un pequeño salto del susto, vi como desparecía de la calle en la esquina, no sé por qué, pero me sentía muy mal el haber hecho eso.
-¿estás bien? – La voz de Lionardo me hizo dar otro susto, - Alina, ¿estás bien?
- sí, sí, estoy bien, no pasa nada – aun no apartaba la mirada de la esquina en la que Paolo había desaparecido. – sabes, no tengo muchas ganas de ir a la escuela.
- estoy igual, si quieres no vamos – me tentaba la idea de ir, a pasar un rato con él a solas, pero no podía, ya tenía muchas faltas.
- será otro día, no puedo por el momento ya que la faltas me afectarían en la calificación
- como tú quieras Alina, tú eres la reina y tú decides sobre todo – solo le sonríe y me subí a su moto. Era magnifico sentir el viento en mi cara, pero aun no dejaba de pensar en Paolo, ¿estaría enojado conmigo? Pero ¿Por qué?
Sin darme cuenta Lionardo había llegado a la prepa, me fije en donde estaba en carro de Paolo pero no había ningún Bora, solo estaban los carros de sus hermanos, María aun estaba al lado de su carro Beetle amarillo, no se había percatado de que la estaba mirando.
Pero sentía otra mirada penetrante, una mirada con odio, con frustración y envidia, voltee para verificar de donde provenía esa mirada pero no vi nada, los arboles de una tienda tapaban el rostro, pero pude verificar por la silueta de su cuerpo que era mujer. Aun me mirada, sus manos se cerraban con fuerza, el dolor en mi pecho aumento, sin pensarlo dos veces me lleve mi mano hacia el pecho, tratando de calmar el inmenso dolor, cerrando los ojos y respirando profundo, pero no podía, el dolor no cesaba.
-Alina ¿quieres un café?  ¡ALINA! – sentí las manos de Lionardo cubriéndome con un abrazo. - ¿Qué tienes? Dime algo, ¿Qué hago?
- hola Lionardo – la voz de una mujer me hizo abrir los ojos – por dios, ¿Qué le pasa? ¿Estás bien?,
-Alina, tranquila, nada pasara, respira como te dijo el doctor – también se escucho la voz de Ángelo. – Carmine, habla a una ambulancia – ya sabía el nombre de la chica que estaba a mi lado. - ¡NO PUEDE SER! Se pone pálida, como la última vez.
-¿estás diciendo que no es la primera vez que se pone así? – la frustración y la impaciencia de Lionardo salía con rodas las palabras.
- no, no es la primera vez, hace unas semanas se puso peor y estuvo interna por seis días. Cinco inconsciente y el otro solo en observación. Carmine, llama rápido
- es lo que hago Ángelo pero me dejaron en espera.
El dolor se calmaba poco a poco, mis latidos recuperaban su ritmo cada segundo, pero aun me sentía aturdida.
-estoy bien chicos, no hace falta que llamen a una ambulancia – les dije después de recuperarme del dolor.
- no, no estás bien, te llevaremos a un hospital
-Lionardo tiene razón, te llevaremos
- sí, buenos días, quisiera una ambulan... – arrebate el celular a Carmine y colgué.
-estoy bien, no hagan tanto escándalo, lo único que quiero es sentarme y descansar.
-yo creo que tiene razón Lionardo y Ángelo, es mejor que te lleven a un hospital – opino Carmine.
De un momento a otro me acorde de la silueta de la mujer, mire para verla de nuevo pero había desaparecido, ya no había nadie, solo se encontraba un grupo de chicos fumando.
-por lo menos si no vas a un hospital te llevare a tu casa.
-Lionardo de verdad, estoy bien, vamos es hora de ir a clase.
Entre a aquella escuela que desde hace dos años la conocía perfectamente, vi que María y estaba ahí, intente caminar hacia ella pero un mareo no me lo permitió, me recargue en la pared tratando de calmar el mareo pero fue imposible.
Sentí una mano en mi hombre y vi a María justamente al frente de mí.
-¿todo bien? – Negué con la cabeza, necesitaba acostarme - ¿Qué paso?
-un ataque – fue todo lo que dije
- ¡diablos! Otro, llamare a Paolo para que te lleve a casa – saco su celular del bolsillo trasero y marco los números, no pude evitar que le marcara cuando intente quitárselo de la mano ya había marcado. – ya viene para acá. Estaba en la cafetería, así que no tardara mucho. Mira ya está afuera.
-¿Qué pasa? ¡Por dios Alina!, ven aquí pequeña, vamos a tu casa – me tome recargue en sus hombros, notaba como los compañeros de mi salón me miraban y susurraban cosas que no entendía pero me importaba muy poco – María ¿Qué paso?
- no lo sé, solo llego y se recargo en la pared, digo que había tenido otro ataque. Es mejor que la lleves  a un hospital.
- no, no, por favor, solo llévame a mi casa Paolo, te lo suplico – no, mas hospitales.
- está bien Ali.



No sé ni cómo le hice para subir a su carro pero en un abrir y cerrar de ojos ya estaba al frente de mi casa.
-gracias – fue todo lo que dije cuando abrió la puerta y me dejo en el sofá, los mareos habían cesado un poco.
-me quedare hasta que vengan tus padres – me sorprendieron esa palabras
- no vendrán hoy, estas en Venecia, vienen mañana por la noche.
- y ¿tu hermana?
-sale a las seis de la tarde.
-está bien, entonces me quedo, ahora duerme un poco a lo mejor es lo que te falta



La luz del sol entraba por la ventana, dándome directo hacia la cara, eso hizo que me despertara, al parecer los mareos ya había cesado por qué me incorpore para ir a la cocina y tomar un vaso de agua. Al darme media vuelta vi que Paolo estaba recargado justamente al frente de mí.
-hola dormilona – solo le sonreí aun con el vaso de cristal en mi boca, tenía mucha sed. – sabias que te quedaste dormida a las 9 y son las 3 de la tarde. – no me sorprendía sabia que dormía mucho solo me encogí de hombros y lave el vaso para dejarlo es su lugar. Di media vuelta me tropecé con mis propios pies y con mi pequeño cachorro.
Estaba a punto de caerme pero cae justamente recargada con Paolo. Me quede mirando sus ojos, esos ojos que ayer había evitado.
-lo siento – salió un susurro de mi boca.
- no entiendo el por qué lo sientes, porque yo estoy más que encantado de tenerte en mis brazos – me di cuenta que me acercaba cada vez más el, su brazos estaban en mi cintura, me atraía todo de él.
Sin pensarlo dos veces nuestros labios se unieron. Por fin lo besaba de nuevo, por fin sentía sus labios contra los míos, era una explosión de sentimientos.
Mis manos se aferraron a su  cabello, atrayéndolo más a mí, nuestro beso aumento de intensidad, sin darme cuenta empezamos a caminar  y fue entonces cuando sentí el sillón en mi espalda, cada vez, nuestro beso aumenta de intensidad, no me arrepentiría de estar con él, de entregarle todo de mí, lo amaba, no podía negarlo una vez más, yo lo amaba.
Su labios fueron hacia mi cuelo besándome con ternura, y su cabeza se situó en mi hombro respirando agitadamente.
-lo siento – fue todo lo que dijo – es que me deje llevar por el amor que te tengo – levanto su rostro y me miro, sus ojos demostraban cariño y amor puro.
-no nada más tú tienes la culpa, yo también – el rubor en mi mejillas aumentaba.
Se incorporo y se sentó en el sillón. Hice lo mismo y una vez nuestras piernas se rezaban.
-lo siento de verdad, tú no quieres nada, así que yo… ¡HA!... de verdad lo siento – sus manos cubrieron su rostro.
-creo que en esa parte te equivocas
-¿disculpa? En que me equivoco, tú ayer me dijiste que me querías pero que no podías ser nada más que mi amiga.
- tú lo has dicho, ayer, tiempo pasado – sé que me arrepentiría de estas palabras pero nos esperaba una larga platica en esta tarde…
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- dicen que el hombre es el único animal que tropieza dos veces en la misma piedra, pero es falso, el hombre es el único animal que sabe que es la misma piedra - A orillas del rió piedra me senté y llore - Paulo coehlo.
adieu ma reine douce* Adios mi dulce reina
el pitufo de medicina* es el traje azul o celeste ke usan los medicos, aca en N.L. Mex. se les llama asi
hola chicas! perdon por tardar pero es que estoy muy, muy ocupada con la tarea, faltan diez dias para que acabe el semetre y mas los examenes que empiezan la el prox. viernes ademas tener que estudiar para el examen de facu, en fin!...
espero que les haya gustado, recomienden el blog mis bellas lectoras
BESOS!

lunes, 7 de mayo de 2012

CAPITULO 10


POV ALINA

El fin de semana se acercaba, de nuevo, no tenía planes, solo quería estar en mi casa, durmiendo, soñar con cosas que no tienen explicación científica, alejarme de todo a mi alrededor, quería relajarme.
Estaba acostada en mi cama en forma de cruz. Hasta pensar me daba tanto ocio.
 algo dentro de mi había cambiado desde el día del ataque, pero no sabía muy bien qué cosa, no sé si era para el bien o para mal, pero sea lo que sea, me quitaba el sueño, un presentimiento estaba abordando todo de mi ser, muy adentro de mi sabia que algo iba a cambiar, algo para lo que no estaba preparada, me sacaba de quicio, estaba preocupada por algo que lo más posible era cosas de mi imaginación, pero aun así, aun seguía sintiendo lo mismo.
Eran varias cosas a la vez, ese  presentimiento que me atormentaba era lo más importante pero había otras dos cosas que me quitaban el sueño, y sabía perfectamente que era, pues esas dos cosas tenían nombre y apellido, si, así es, era Paolo Peralta y Lionardo Ferrero
Las cosas con Paolo estaban peor, llevaba una semana sin hablarle, pero me dolía muy en el fondo no dirigirle la palabra, sabía que él no estaba enojado pero cada que lo veía la rabia me consumía, ¿Cómo se atrevió a tomarme así por la muñeca? Está bien que sea mi amigo, pero era solo eso… un amigo, aunque no quisiera era solo eso, no podía cambiar nada, sabia de sobra que yo sentía algo mas por él, algo más que una simple amistad pero no era correspondida, me tenía que callar para no salir lastimada de nuevo, ya que me prometí a mi misma que nunca más, NUNCA MAS, nadie iba a jugar conmigo, que cerraría las puertas del amor, para que no me lo atravesaran con un cuchillo muy filoso y me lo partieran a la mitad, aun recordaba ese dolor, aun recordaba como si esa herida estuviera aun abierta, lo mas probable es que este abierta, pero no me daba cuenta debido a que yo misma me cerraba, y no me arrepentía, así me mantenía alejada de todos los que me quisieran hacer daño.
El problema o no sé cómo llamarlo número tres,  era Lionardo, con su llegada algo había despertado en mi, un sentimiento de cariño, a lo mejor algo más que cariño, no sabía exactamente que era, pero sabía muy bien que no lo quería como amigo, su mirada me lo decía todo, no ocultaba nada, yo le gustaba, hasta estuvo a punto de de decírmelo esta semana, pero yo por temor, por un rotundo miedo le cambie de tema.
Paolo o Lionardo, ambos los quería mucho, ambos me llamaban la atención, ambos eran guapos, ambos… no, no ambos me hacían sentir protegida, el único que me hacía sentir bien, que  me hacía sentir viva era Paolo, con él, (fui tan estúpida), con él, mi corazón latía a mil por hora, se me cortaba l respiración, se me olvidaban las palabras, me ponía nerviosa, el… él es por el momento el ser más importante que tengo aunque él no siente lo mismo.
El timbre de mi celular me saco de esa hermosa paz. ¡Dios! Tan bien que estaba sin hacer nada.
Mire para ver quién era pero decía número privado. Deje que sonara no tenía ni fuerzas para moverme. Pero una vez más mi celular timbro avisándome de una llamada. Resignada lo tome, solo era una llamada.
-bueno – mi voz sonó con cansancio y a la vez con frustración.
- hola Alina – la voz de un hombre se escuche por la línea.
- ¿Quién habla?
- soy Romeo. Pero eso no importa – oh claro que importa – lo que pasa es que mis hermanos y yo estamos organizando para salir a un pequeño club nocturno pero no sabes cual está bien y además queremos que vengas.
- Romeo de verdad gracias pero…- no podía mirar a Paolo después de mis pensamientos, no, no quería demostrar nada de mis sentimientos.
- hey,  no aceptare un no por respuesta. Dime qué club está bien e iras con nosotros pasamos por ti a las 9 de la noche.
- hay varios bueno, en el barrio antiguo de Verona, cerca de la plaza principal, hay encontraras todo tipo de clubs pero ahí uno en particular se llama luna llena, es nuevo y todo el mundo esta yendo a ese.
- está bien gracias. Pasamos por ti a las nueve, cuídate.
Se termino la llamada, yo no era de las típicas mujeres de mi edad que cada fin de semana iba a un club nocturno pero bueno hace tiempo que no salía. Además quería hablar con Paolo, quería verlo a los ojos después de todo.




POV ROMEO

Por primera vez en mucho tiempo mi corazón latía muy rápido, mi respiración estaba agitada y mis pensamientos solo pertenecía a una persona. ALINA.
-¿Cuándo le dirás a Paolo sobre Alina? – me sorprendió María que estaba en el umbral de mi habitación.
- no te entiendo.
- sí, claro que me entiendes, y me entiendes muy bien Romeo – el tono de sarcasmo estaba en su voz – dile que ella es Elizabeth, atrévete a decirle que te gusta Alina, todo el mundo se da cuenta menos el…
- no tienes derecho a meterte en mis  cosas María – me lo avente del sillón muy indignado.
- si es mi derecho, porque desde que ustedes dos me conocieron me hicieron parte de su vida, yo era muy feliz sola, sin tener que preocuparme por nadie más que por mí, pero tú y Paolo se metieron en mi vida y eso me da derecho de decirles sus verdades.
>> odio tener que decir esto, pero todo esto es tu culpa y la de él, si por lo menos pudieran mantener sus sentimientos muy, muy guardados nada de esto estuviera pasando, así que por favor no empieces a decir tonterías de que son tus cosas. Porque hace mas de 40 años que también son mis cosas.- el enojo le salía por los ojos, sus mirada destellaban furia nunca antes vista en ella.
-si hablamos de sentimientos quédate callada por que yo sé muy bien tu secreto, María, te conozco desde antes que llegara a Paolo a nuestro mundo, así que se muy bien tu pequeño secreto. Si te vuelves a meter en mi camino diré todo lo que se.-las últimas palabras salieron de mi boca sin pensar, pero no me arrepentía de decirlas.
- adelante, di todo, haber a quien le creen más, si a ti, un hijo del tiempo que agarra todo a broma o a mí, una anciana joven del tiempo. – ella tenía razón, no podía hablar.
- se puede saber de ¿Qué secreto hablan? – mi furia se apoderaba de mi y de María, que era muy extraño pues ambos éramos muy tranquilos. No sabíamos desde cuando Paolo estaba escuchando nuestra conversación ¿habrá escuchado lo de Alina? Espero que no.
- nada que te interese, adiós – por primera vez había escuchado a María hablarle a Paolo a sí.
- María… - lo dejo con las palabras en la boca, pues ella se fue  caminando rápido, azotando la puerta de su habitación. - ¿Qué paso Romeo?
- no me corresponde a mi decirte – lo mire a los ojos y había algo distinto en ellos, a la orilla del su Iris estaba una delgada y pequeña línea roja lo rodeaba en ambos ojos, eso significaba una cosa: AMOR.
El estaba enamorado y sabía muy bien de quien, de Alina, me dolía el solo pensar que al que consideraba mi hermano estaba enamorado de la mujer que yo también amaba, pero no podía decirle nada. En todos los hijos del tiempo que estaban enamorados se les hacia esa pequeña línea, algunos más gruesa que otra, pero la delgada significa que el amor era verdadero que era fuerte y que nadie lo podía romper.
-supongo que tendré que hablar con María – dio media vuelta pero yo lo detuve, a el no le correspondía hablar con ella, me correspondía a mí, yo fui el que peleo con ella.
- hermano, yo hablo con ella, tu arréglate que en una hora nos vamos – no podía dejar de mirar sus ojos, había amor en ellos, amor puro
- ¿ a dónde vamos si se puede saber? – se dio cuenta que lo miraba, simplemente aparte la mirada, el ya había dado cuenta de la línea de los amantes. Ese era el nombre de la línea roja en sus ojos, la línea de los amantes
- vamos a un club nocturno, Alina viene con nosotros, pasamos por ella a las nueve, así que arréglate bien, y yo hablo con María. – el solo asintió, y se fue hacia su recamara.
En algún momento tenía que decirle la verdad pero no sabía cómo y este día no era el momento.




POV Paolo

La hora llego, se me hizo muy largo los minutos, pero solo quería ir con ella, verla, es todo lo que quiero, no más.
Romeo había convencido a María de ir, pero sabía muy bien que solo lo hacía para que se callara.
La luna era llena, supongo que hoy era el día de decirle, no quería callarme más, ella era mi todo, era la persona más importante en mi vida, mi vida ya no tenía sentido sin ella.
Sin imaginarme llegue a su casa, su ventana estaba abierta, ella estaba sentada en su sala, viendo la televisión era la persona más bella, mírame a mí, antes no me agradaban los humanos y hoy estoy enamorado de una humana, en este mundo espléndido, solo ella me lo hace esplendido.
-por fin llegan – su voz me ilumino el alma una vez más.
- lo siento, pero María le tocaba bañarse, así que hizo un berrinche por eso – dijo Romeo. Yo solo me reí por debajo al ver como María le golpeaba la cabeza. Me baje del carro y le abrí la puerta del copiloto, amaba su perfume, el solo hecho de pensar que ese perfume podía estar impregnado en mi cuerpo si fuera mi novia me sacaba una sonrisa muy tonta.


No sé cómo le hice pero llegamos a luna llena, era irónico pensar que así se llamaba el club y  la luna estaba así en esta noche oscura. Todos habían abajo del carro, el ballet parking ya se había llevado mi carro, ella evitaba mi mirada, no entendía el porqué, con cada roce que teníamos se alejaba con miedo, no me lo imagina, ella se alejaba simplemente.
-Alina – la tome por la mano, pero ella se alejo – por favor podemos hablar, te lo ruego, necesito hablar contigo – negó con la cabeza y entro al club. Me quede parado por cinco minutos esperando que ella regresara. Resignado entre, busque con la mirada a Romeo y a María pero no los encontré, intente caminar por la pista de baile pero una mano me tomo por el hombro haciéndome parar en seco.
-¿Qué diablos haces aquí?
- no vengo contigo Lionardo, así que déjame, no quiero problemas… - no entendía el por qué su odio, solo tenía la idea de que era por Alina pero a Alina no me hacía caso.
- estas en mi territorio, yo vengo todos los fines de semana aquí, además mis padres son los dueños – note una mentira en su voz.
- ¿tus padres? Preséntamelos – lo rete
-cuando quieras te los presento, - uno de sus amigos me empujo, eso me saco de quicio, así que sin pensarlo dos veces hice lo mismo, pero un abrir y cerrar de ojos me tenían atrapado,  tres de sus hombres me estaban agarrando los brazos, la gente alrededor nos miraban, la mayoría seguían en sus cosas, al parecer no se dieron cuenta por la música tan alta del DJ.
-llévenlo atrás, nos vemos ahí en cinco minutos – para no llamar la atención cedí a que me llevaran, esto se iba a poner feo.
Los cinco minutos pasaron, Lionardo tenía en su mirada odio, se acerco a uno de sus amigos y le susurro algo. Lionardo volteo a verme con más odio en la mirada, camino hacia mí y en un abrir y cerrar de ojos me había dado un golpe dejándome sin aire, aun seguía atrapado por otros dos de sus amigos así que no pude defender. Una y otra vez me golpeo donde mismo, sabía que no podía morir, sabía que no podía tener algo grave pero el dolor si lo podía sentir. Me arrodille por el dolor y me soltaron, se fueron sin decir nada y me dejaron en aquel callejón oscuro.
Me levante como pude, me sentía mareado por tanto dolor, hasta que por fin llegue a la salida del callejón, mire hacia el cielo, esperando una respuesta pero nadie me respondió.
-¿Paolo?... ¡oh no Paolo! – la voz preocupada de Alina me saco de aquel trance. - ¿Qué paso? ¿Quién te hizo esto? ¿Por qué? – sus manos tocaban mi cara con sumo cuidado, ella me miraba preocupada. – lo siento si me hubiera quedado contigo nada de esto hubiera pasado, lo siento, lo siento, perdóname de verdad – una lagrima recorrió su mejilla, era la segunda vez que la veía llorar.
- Alina, si tu hubieras estado conmigo te hubiera pasado algo, estoy bien…
-no, no estás bien, vamos a un hospital o dime que hago.
- solo ve por el Bora, háblale a Romeo dile que se tendrán que ir en taxi a la casa que después les explico yo, que paso algo conmigo, toma – le di las llaves del Bora.
-pero…
-Alina, me preguntaste que podrías hacer, ya te dije la respuesta, por favor Ali, ve, nada me pasara, te esperare aquí – el dolor me hacia cerrar los ojos, me mareaba.
La vi como se alejaba corriendo, su cara de preocupación me lo decía todo, quería hacer algo más pero sabía que me iba a hacer caso.
No sé cómo le hizo pero no tardo ni quince minutos y llego por mi, le pedi que fuéramos al parque que estaba cerca de nuestras casas, le dije la excusa que no queria asustar a mis hermanos, me miro confundida pero era mejor decirle de una vez todo lo que sentía por ella. Nos sentamos en la misma banca de siempre, era ahora o nunca.
Ella miraba  a luna, se perdía en ella, y yo me perdía en su rostro, su angelical rostro.
-sigues enojada – no sabía el porqué salieron esas palabras de mi boca.
-no- dijo sin mirarme.
- te puedo decir algo – mis manos temblaban, mi voz se cortaba con cada palabra.
-adelante, dime lo que quieras - ¿Cómo le iba a decir?
- Alina, me eh dado cuenta de que… - un suspiro salió – que me gustas, que te quiero, que te quiero como algo más que una amiga. Que eres una personas muy especial para mí, que tu sufrimiento es mi sufrimiento, que no puedo dejar de pensar en ti, que tu mirada me lleva a lugares inexplicables, que cuando hablas haces que mi respiración se agite, que mi corazón valla más rápido, que con cada palabra que dices, por mas mínima que sea, me iluminas el día, me siento alagado de que estés a mi lado, pero me sentiré mejor si eres mi novia, te amo Alina Vianni, desde la primera vez que te vi, no me di cuenta desde antes pero no es tarde. ¿Quieres ser mi novia? – la mire durante dos minutos ella no decía nada, solo se quedaba mirando la luna, hasta que por fin volteo a verme.
- no, lo siento pero no – esas palabras me rompieron todo mi ser – siento lo mismo por ti, me siento igual que tu, pero no puede ser tu novia.
- ¿Por qué no? – mi voz se escuchaba débil.
- porque tengo miedo – sus lagrimas recorrían sus mejillas – no sabes cómo me alegro al saber que me quieres pero no puedo, tengo miedo a intentarlo, a que todo salga mal…
- ¿alguna vez lo has intentado? Alina sé muy bien que tienes miedo pero si no lo intentas como sabrás lo que pasara.
- si lo eh intentado, hace un año y medio fui novia de un joven, le entregue todo, lo ame como nunca había pensado pero el jugo conmigo, a los seis meses de que rompimos fue novio de mi mejor amiga, aun lo quería y eso no les importo a ambos, no sabes como sufrí – es por eso que ella no quería estar conmigo – por favor Paolo, no me hagas esto, no me hagas sufrir porque me duele cada parte de mi ser. Solo sigue como si nada.
La mire directo hacia los ojos pero ella aparto la mirada y cerro sus ojos, no lo pensé dos veces, le tome el rostro con mis manos y la bese.
El beso es cálido, sentir sus labios sincronizados con mi labios, no podía dejar de amarla después de esto, sabía que ella sentía lo mismo.
Una ráfaga de emociones paso por los dos, sentí sus manos atrás de mi cuello, mi manos estaban en su cintura, atrayéndola cada vez más a mí, no quería sepárame nunca de ella.
Nuestro beso aumento de intensidad, la amaba con todo mí ser, solo quería que estuviera conmigo, me costó separarme de ella, pero sin embargo ambos necesitábamos aire.
Uno de sus cabellos ondulados estaban al frente de su cara, se lo retire metiéndole atrás de de su oreja derecha, aun estábamos cerca y escuchaba como respiraba agitadamente, me miraba llorando, pero se puso de pie
-lo siento – dijo bajando la mirada, la mire con incredulidad – te quiero Paolo pero lo siento, tengo miedo y no puedo…
- te esperare – una vez más esas palabras salieron sin pensarlo
-no, no lo hagas – empezó a caminar hacia su casa. No le quitaba la vista. Ella me quiera pero tenía miedo.




POV  LIONARDO

Llegue a mi departamento después de hacer pagar a Paolo por ver a mi reina así, el único que la podía amar era yo.
-no estés tan seguro - ¡diablos!, de nuevo el.- recuerda que puedo leer tus pensamientos y tus emociones.
-salte de mi cabeza y vete de mi departamento, no estoy de humor
- se hace tarde Lionardo, te tienes que acerca a ella a como dé lugar, el reloj de arena está corriendo, amigo mío. Será demasiado tarde si lo haces después.
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- el amor se empieza con una mirada, se decide con una palabras, se siente con un beso y se pierde con una lagrima- Paulo Coehlo- veronika decide morir


chikas disculpen la demora lo ke pasa es ke estoy lastimada de la rodilla, de plano, no podia caminar ni nada falte dos semanas a la prepa y me atrase mucho y tengo un monton de tarea, ademas ke solo faltan 4 sem. para acabar el semestre asi tengo, mucha, demasiada, exagerada, tarea. 
les deseo suerte a todas y gracias por los premio, sigan recomendando el blog, por ke ahi viene la verdad de todo lo ke esta pasando con lionardo, Paolo y Alina. :)

muchas gracias Alexita y Mariana
ambos premios se los entrego a 
Camy (los3)
Mariana (los2)
sus blogs son lo maximo de verdad gracias por todo su apoyo las kiero mucho y sigan escribiendo pues leer sus blogs me hacen volar en mi imaginacion a lugares inexplicables.
dos personas de arriba me dieron los premios asi ke yo les kiero dar un premio ke muy pronto lo tendran todas solo denme tiempo.
se cuidan mucho y recomienden, 
besos
PD: camy, se ke no eh pasado a ttu blog pero lo eh estado leyendo solo ke no eh comentado por falta de tiempo, en el mas minimo tiempo libre los comento :)