domingo, 11 de noviembre de 2012

CAPITULO 13



POV LIONARDO  

El destino, está escrito, o por lo menos eso es lo que yo pensaba, hasta que vi a Alina con el hijo del tiempo.
Todo estaba mal, TODO, ya había pasado una semana desde que Andrea de nuevo había llegado a mi vida, se había hecho amiga de Alina, o bueno como Alina decía, solo una conocida.
Me perturbaba la idea de que Andrea este cerca de ella, pero, ¿Qué puedo hacer?, la respuesta era sencilla, nada, no puedo hacer nada.
Unas humanas se acercaron a mí, con cara de niñas tontas, sabía lo que significa, en dos meses era el baile de graduación y ya había recibido 6 cartas de jóvenes mujeres de”mi edad”.
-disculpa, - una de ella hablo, con esa sonrisa boba, era bonita pero nada comparaba con mi Alina - ¿tú eres Lionardo Ferrero?
- hasta donde yo tengo entendido, si, lo soy, - dije sin voltearlas a ver, estaba harto de nuevo ser un adolescente.
-te venimos a entregar esto y a decirte que si quieres ir con una de nosotras al baile…
-escucha niña, de verdad lo siento pero no puedo, yo quiero ir con otra así que por qué no  van y corren el rumor de que ya tengo cita para el baile y que ya no venga ninguna chica a invitarme – aun no las miraba pero el timbre de mi voz sonó frio.
- está bien, lo sentimos – la tristeza se escuchaba en su voz, me arrepentí de decirles eso.
-no, lo siento yo, escuchen, son bellas, toda mujer lo es, pero yo no soy bueno para ustedes, díganle a los hermanos Bertay ellos querían salir con ustedes – se que era una mentira pero me arrepentía de decirles eso – de verdad lo siento, yo ya tengo una cita para el baile.
-está bien – dieron media vuelta y se fueron.
Aun seguía perturbado con la idea de que Alina era novia de Paolo, la mayoría de la gente ya lo sabía pues ellos no ocultaban su amor.
El ruido de un casillero me saco de aquel tormento de pensamientos.
Fue entonces cuando lo vi, a mi enemigo inmortal, al tonto y estúpido hijo del tiempo, tenía ganas de matarlo.
Ambos nos miramos directo a los ojos, con odio, ira y una furia feroz, lo quería matar, pero todo eso cambio de un momento a otro.
Alina estaba con una sonrisa atrás de  el, tapándole los ojos, me miro y me sonrió pero fue todo lo que me dedico pues Paolo la beso, justamente al frente de todos en el pasillo.
-si los miras te dolerá mas – la voz de Carmine me saco de aquel trance doloroso.
-no puedo dejar de hacerlo, es la única forma que la veo, no le he hablado en semanas, desde que los vi en el estacionamiento eso fue hace tres semanas. – saque unos cuantos libros de mi casillero y los guarde en mi mochila.
-todo a su tiempo, recuerda la carta del destino, sino…
-ya me harte de eso,  no puedo esperar el destino, ni siquiera sé que va a pasar, pero tu si lo sabes y no me quieres decir
-sabes muy bien que no puedo decir nada, ni siquiera sé qué papel represento yo en tu destino.
De nuevo el sonido del casillero del hijo del tiempo se escucho, de nuevo los vi, abrazados con amor,
-trataste muy mal a las chicas que te invitaron al baile.- di un portazo con mi casillero y fulmine con la mirada a Carmine
- sabes el por qué lo hice
-eso no es lo importante, tengo que decirte una cosa, sobre, ya sabes, nosotros – la mire sin comprender ¿nosotros? – ¡OH NO! Nosotros dos no, sobre Andrea, Alina, Paolo tu y yo, pero nada que ver con… tu y yo, no, no
-tranquila Carmine, ya entendí, ¿Qué pasa? – me dio risa como se confundió
-mi, mi mejor amigo, es uno de nosotros –dijo mirando el piso
-¿Cómo lo sabes?
- cuando éramos chicos, el jugaba a cuidar una princesa
-eso no significa nada – la mire con incredulidad
- de hecho si significa, por el de chico escribía en latín, que es el idioma de los guardianes de Alina, bueno, según la historia que me contaba mi abuela
-eso es lo correcto, después me explicas la historia de tu abuela, ¿Cuál es el nombre de tu amigo?
- Ángelo Cardona, es…
-veo que se llevan muy bien, ¿acaso ya cambiaste a Alina? Pero Lionardo sabes que yo estoy aquí cuando quieras – la voz de Andrea nos hizo parar – esfúmate intento de mujer guapa
-me voy cuando quiera – le contesto Carmine
-¿ahora qué quieres? –estaba harto de tenerla muy cerca de mi
-es de Alina, pero se tiene que ir, esta – hablo señalando a Carmine
-me voy por ti Lionardo, después hablamos – dio me vuelta y se retiro
-muy bien amor, tu si sabes manejar a las mujeres – dijo acercándose a mí. La tome por los hombros y la aleje
-basta Andrea, que me tienes que decir.
-Alina te quiere empezar a hablar de nuevo
-¿es todo? – Ella asintió – hasta luego – me di media vuelta y la aleje

POV ALINA


Algo pasaba en mi interior, un sentimiento nuevo, pero no era bueno, era el mismo sentimiento de todo mi vida, solo que esta vez era más poderoso y fuerte.
Había empezado a pensar mucho en Lionardo desde que decidí ser novia de Paolo, claro, era un pensamiento de amor, pero también de angustia y dolor.
¿Qué pasaría si él y yo estuviéramos juntos? –Pero que tonterías digo, yo amo a Paolo, el es mi novio – pero Lionardo tenía algo diferente, sentía que lo conocía perfectamente.
-¿pensando en el amor de tu vida? – la voz de Andrea, me saco de mis pensamientos, gracias a dios
- más que nada, estoy pensando en Calculo…
- oh tranquila, pasaras la materia, por cierto tengo que hablar contigo sobre unas cosas – me sonrió esperando una respuesta
- ¿a si? Sobre que
- sobre Lionardo y tu, y ya sabes, su historia
-no te entiendo Andrea, ¿Cuál historia?
-veras, su historia sobre…
-Andrea, te habla Lionardo, te está buscando como loco, te espera en su departamento- la voz de Carmine, nos sorprendió, estaba justo detrás de nosotras. Por primera vez en toda la vida la había visto de frente, ella siempre fue y será  la chica popular de preparatoria y nunca había hablado conmigo, es más, ni en mi vida la hacia y eso le sorprendió a Ángelo cuando los vi peleando en la plaza – acaba de ir  su departamento
- ¿Qué no vez que estoy platicando con mi amiga Alina Vianni? – recalco mucho la palabra amiga
- ya lo veo, pero Lionardo te quiere ver – volvió a insistir Carmine
- x’s, está bien, Alina, cariño, nos vemos después, ciao – se alejo de nosotras caminando muy lentamente y con el coqueteo que ella siempre tenía.
-no te conviene ser su amiga – la volteé a ver con un signo de interrogación es mi rostro –sé lo que digo Alina, ella no es amiga de nadie – se acomodo su bella y larga cabellera castaña y se retiro.

***

Habían pasado semanas desde que llego Andrea a mi vida, para ser más específicos un mes y medio, era sorprendente cómo pasa el tiempo.
Pero había algo mas en mi cabeza, algo no me dejaba dormir todas las noches, simplemente imaginando cosas, claro, era él, Lionardo, pero me imaginaba que lo besaba y era lo que quería, besarlo, nada mas a él, incluso he llegado a imaginar que es Lionardo a quien beso y no a Paolo.
¡Ah!, Paolo, mi amor,  ¿Qué pasaría con el si le digo lo confundida que estoy? Quien me abraza con amor, pero hay algo en mi interior que me atormenta.

Esa sonrisa boba no se borra de mi cara, esa sonrisa que es por él, los recuerdos se acumulaban en mi mente, pasaban uno  por unos haciendo cada vez la sonrisa mucho mayor, lo que sentía no era cariño, no sé si era amor, pues en mi sueño se sentía extraño, ni con Paolo había sentido esto, era un sueño tan real, un sueño que con tal solo recordar dos segundos mi sonrisa cada vez se hacía más grande, parecía el gato, de Alicia en el país de las maravillas.
No sé, no entiendo que pasaba conmigo, no entiendo el por qué soñar con Lionardo, si yo… si yo quería a Paolo.
Unas manos me tomaron por la cintura y me hicieron perder todos esos los recuerdos del sueño.
-hola, maldita, te olvidas de tus amigas – como siempre y todas las mañanas Andrea me esperaba en la puerta del instituto.
Ya había pasado tres semanas desde que ella había llegado a la ciudad, y desde entonces no se despegado de mi.
-hola – mis ojos empezaron a buscar a alguien
-el me dijo que te esperaba adentro
- ¿el? ¿ Quien? – acaso era…
- Paolo, tu novio adorado, era él a quien buscabas ¿no? - ¡claro! Paolo, pero no, el no era a quien buscaba, yo buscaba a… Lionardo. – dijo que tenía hambre que iría por algo a la cafetería y que te esperaba adentro. ¡Hola! Soy Andrea  ¿y tu eres? – de un momento a otro cambio de conversación y su voz se hizo más coqueta volteando a mis espaldas
-mucho gusto, Alina ¿puedo hablar contigo? A solas – Ángelo ni siquiera miro a Andrea, pero si recalco mucho las palabras “a solas”
-está bien, ya entendí guapo, me voy Alina, te veo en clases – amaba a esa chica, Andrea siempre con su carisma y coqueteándole a los hombres
-¿Qué pasa?
- me eh enterado de algo que no me gusto para nada, sabes que te quiero pero… - se me quedo mirando por unos segundos, yo solo levante mis cejas – tu sabes que estuve fuera de la ciudad por una semanas – yo solo asentí – me dijeron que andas con Peralta
- sí, con Paolo Peralta. ¿Pasa algo? –  ya todos sabían que era novia de Paolo.
- escucha, sé que no te va a gustar lo que voy a decir, pero aquí voy – me asuste por unos segundos y lo mire directo a los ojos, esperando lo peor – Paolo Peralta no es para ti.
- ¿disculpa?
-como escuchaste, no es para ti, tu… tu mereces algo mucho mejor, alguien que de verdad te ama, el no es digno de ti, el…
- ¡basta! no voy a permitir que me digas mas, el es mi novio y…
- ¿algún problema? Alina – esa voz, esa dulce voz que solo con escucharla me cortaba la respiración. Lionardo
- no te incumbe Ferrero – contesto Ángelo
- si te metes con Alina, te estas metiendo conmigo – yo no podía hablar, mi voz no salía.
-escucha…
- Ángelo, tenemos que hablar – nos interrumpió Carmine Bianchi. Lo tomo por  la mano y lo alejo de nosotros
- si te vuelve a molestar solo avísame – me sonrió Lionardo, viéndome directo a los ojos
-creo… creo… creo que no lo hará – me escuchaba como una estúpida.
- por lo que veo no lo hará – me señalo con la mirada a Carmine y a Ángelo, el se nos quedaba viendo con  la boca abierta y a Lionardo se le borro la sonrisa de la cara.
- ¿pasa algo? – lo mire preocupada
-no, nada pequeña, solo avísame cuando te moleste
-ella no tiene por que avisarte Ferrero, ella me tiene a mí, a su NOVIO – la voz de Paolo me sorprendió
- creo que no te estoy diciendo a ti Peralta – mis manos comenzaban a temblar.
- escucha bien Lionardo, ella es mi novia y yo la defenderé
- ¿Dónde estabas cuando la estaban molestando? – le respondió Lionardo
-tuche – no me había dado cuenta de que Andrea estaba a lado de Paolo.
Lionardo se le quedo viendo a los ojos, respiro profundo y dijo algo en otro idioma, supongo que era en ingles me miro por última vez, por tan solo 3 segundos que  a mi me parecieron 3 minutos, me sonrió dio media vuelta y se alejo de nosotros.
-¿estás bien?
-s-si, solo fue una pequeña discusión con Ángelo – a lado de nosotros paso Ángelo y Carmine, fueron segundos de tensión, pero me di cuenta que Carmine miraba con odio a Andrea, susurro algo y se alejo junto con Ángelo
-si quieres que le diga algo o lo calme
- no hace falta – me dio un beso en la frente y me tomo de la mano.



Las horas pasaban rápido, cuando menos me di cuenta ya era mi ultima hora y para estar peor era Calculo.
¡Por fin! El tan mas esperado timbre sonó, tome mis cosas a toda velocidad y camine directo hacia la salida.
Pero una mano me detuvo por el pasillo, voltee para ver quién era y para mi sorpresa era Carmine Bianchi.
-disculpa Alina – su voz tan dulce como un ángel, ella era bella – no entiendo nada de filosofía, no se me da esa materia, me puedes ayudar.
- por… por supuesto
- ¿puedes esta tarde? Lo que pasa es que de verdad necesito tu ayuda, no soy buena con artes y filosofía
-cla…
-esta tarde no puede niña bonita, iremos a comer juntas, ¿no lo recuerdas Alina? Te invite a mi casa
- discúlpame Andrea pero no estoy hablando contigo. Hablo con Alina – contesto Carmine
- ¡vaya! La niña bonita se defiende, por…
- disculpa Carmine, hoy no puedo, quede con Andrea de ir comer juntas, será otro día – le sonríe y ella me correspondió y se retiro, caminando como una súper modelo.
- bien guapa, tu si sabes, no la soporto, desde que anda de noviecita con Lionardo Ferrero, claro, solo porque es uno de los más guapos y… - un momento ¿Qué decía Andrea?
- ¿novia de quien?
- de Lionardo Ferrero, ¿Qué? No puede ser, no sabias, llevan juntos lo mismo que tu llevas con Paolo – mi mundo se empezó a hacer chiquito. Los celos se apoderaban de mi, quería asesinar a Carmine pero no podía, Lionardo no era nada mío


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no sientas verguenza, si yo pudiera soñar, soñaria contigo - Edward Cullen 

bueno chikas eh vuelto! al parecer y diagnosticamente estoy bien, mi depresion ha pasado o la estoy superando segun  mi psicologo, en la ultima entrada les comente ke esta en depresion, pues asi era, y era por muchas cosas ke pasaron este año, ( cosas no muy lindas) pero estoy aki de nuevo
prometo ponerme al corriente! las kiero mucho bye

jueves, 12 de julio de 2012

NOTA ( IMPORTANTE)

HOLA!
muy bien, no se como empezar, de hecho no se me ocurre nada, simplemente quiero decir la explicacion del por ke de mi tardanza en subir.
pero como decia un amigo. al grano, ¿jalas o te enclochas? asi ke yo jalo (despues les explico ke significa, pero les voy a decir a como se me ocurrre y me viene las palabras a la mente.

estoy, pues digamos que  estoy deprimida,  por segunda ocacion en este año. me aleje de mis amigos, famialia, etc. etc. el por que, es por la universidad, es dificil decir esto para mi ya que cada que lo recuerdo lloro mucho.
No pase la universidad, no pase! asi ke estoy viendo otras opciones y me da mucho coraje! por ke hasta personas ke no se esforzaron en todo un semestre pasaron, y yo, ke fui a cursos no.
pero ya no puedo hacer nada.

es por eso que no eh podido hacer nada en el blog, lo ke me mantiene cuerda es natacion.

prometo tratar de subir pronto, los kiero

se cuidan mucho
besos!

lunes, 11 de junio de 2012

CAPITULO 12


POV ALINA

¿Qué es el amor? ¿Acaso es lo que siento en este momento? No lo se, pero si esto era amor estaba en cielo.
Un amor prohibido vale más que cualquier otra cosa, yo amaba al hombre que estaba dormido a mi lado, lo amaba como nadie más en el mundo, había algo en el que simplemente me volvía loca, con solo mirarlo mis pensamientos se acaban y empezaban unos nuevos. Empieza el gran amor que tenia por él, un amor que de verdad no se acabaría nunca, el ya pertenecía a mi mundo.
No me arrepentía de tomar una decisión: estar a su lado pero sin que nadie supiera nada, el era mi todo y más.
Me voltee para verlo a la cara, aun estaba dormido, me abrazaba por la cintura en el sillón del living, no se percato de mi movimiento, así que solo me le quede viendo.
¿Podría ser esto un error? Tampoco lo sé, pero sí lo era, amaba cometer este error, solo quería estar así, parrar el tiempo y quedarme con el siempre. Me sentía como Edward Cullen cuando mira a Bella Swan dormida. Se sentía mágico.
Sus ojos se empezaron a abrir lento, yo no podía borrar la tonta sonrisa de mi cara.
-y te quejas de mi, que por qué duermo mucho, tú has dormido toda la tarde – me dio un beso lento pero amoroso – con eso estamos a mano – le di otro beso rápido.
- ¿Cuánto tiempo dormí? – la voz de Paolo se escuchaba dormida
- más o menos cuatro horas y media, puede que mas.
- lo siento, estaba cansado, es que… - se quedo a la mitad de la frase. Lo mire a los ojos buscando la continuación de esa frase. – le tuve que ayudar a Romeo en literatura.
- creo que es mejor levantarnos, mi hermana está a punto de llegar y sabes que no quiero…
- respecto a ese tema, ¿Por qué no quieres que se enteren de nuestra relación? Yo te quiero bien y…
- Paolo, ya hablamos sobre esto, dame tiempo y diré todo. Es hora de levantarnos – lo mire a los ojos por última vez y me incorpore, sentándome en el poco espacio del sillón, pero sentí una mano sobre mi brazo que me llevo hacia atrás de nuevo y caí justo arriba del cuerpo de Paolo.
- ¿Por qué hiciste eso? – le pregunte sonriendo
- solo no quiero alejarme de ti, fue suficiente con el tiempo que estábamos enojados…
- Paolo, mi hermana está a punto de llegar y… - la luces de un  carro entraron por la ventana. Mire a Paolo levantando una ceja y el solo asintió resignado.
Una vez más me incorpore y Paolo lo hizo después, de nuevo le di un beso rápido y me fue hacia la cocina. No pasaron ni dos minutos cuando escuche la voz de mi hermana saludando a Paolo, escuche sus tacones yendo hacia el segundo piso.
-¡ALI! – la voz de mi hermana me sobresalto, su grito  escuchaba con enojo y frustración.
Subí lo más rápido que pude hasta su cuarto y como siempre entre sin tocar.
-¿Qué pasa? – mi  voz sonaba temerosa.
- ¿Por qué estaña tu y Paolo solos, aquí en la casa ya tarde? - ¡por dios! Iba a empezar con esas cosas, ¡no puede ser!
- me acompaño de la escuela, porque me sentía mal.
-  está bien, y sabes que a mama…
-no quieren ningún hombre adentro sin ellos, pero si yo recuerdo algo, es que tu y Sergio están aquí solos y nuestros padres han llegado y no te han dicho nada
-Ali, escucha, me gusta Paolo, de verdad me agrada para ti, pero…
-pero…
-pero se me hace muy extraño todo lo de sus hermanos y sus padre, el otro día vi a s hermana María llegar un maletín y se escondía para entrar ¡a su casa!
- todo tiene una explicación, Isabel, me tengo que ir, acompañare a Paolo a esa casa
-cuídate y no te tardes – la voz de Isabel sonaba tranquila. Eso significaba que todo lo que ella decía era verdad.


Fue un largo día, desde que vi la silueta de esa mujer hasta hoy en la noche donde había aceptado ser la novia de Paolo.
Era hora de dormir, fue un largo, largo día, me sentía de forma extraña. De nuevo a viajar a ese sueño de fantasías que simplemente, por alguna razón, me daba miedo dormir, siempre había tenido pesadillas pero esta noche sentía algo distinto, algo extremadamente extraño, no sabía que era pero no quería dormir.
Opte por tomarme una bebida energética, que aunque me tomara miles no me hacían efecto.

El sueño me venció, de nuevo me sentía despierta, pero estaba soñando, todo era tan antiguo, era como en los años de libro orgullo y prejuicio o más tiempo atrás.
Todo era tan raro, nadie me miraba, era como si no estuviera en ese “mercado” de bienes.
Algo me llamo la atención, un hombre alto, cabello negro como el carbón. Fue entonces cuando lo vi bien, el volteo a verme, era Lionardo, se veía tan bien.
De nuevo volteo hacia el otro lado, dándome la espalda; camine hacia él en busca de respuestas pero, fue entonces cuando me vi, estaba yo a menos de 10 metros de Lionardo, vestía un vestido de época antigua, una “sirvienta” estaba a mi lado, había una tercera mujer atrás de mi, la abraza con ternura, y reíamos juntas, la mujer era joven no pasaba de los 22 años, su piel era blanca, su cabello negro y sus ojos eran expresivos, era una mujer bonita.
Me acerque lo mas que pude a ellas para escuchar de que hablaban, me pareció sorprendente verme; ellas no me veían, parecía como si fuera un fantasma.
-y ¿en donde lo conociste? – le decía yo, bueno, yo antigua. Todo era muy confuso
- cerca de la iglesia, hace dos meses... – le contestaba la otra joven
-¿por qué no me habías dicho nada? – exclamaba mi otra yo.
- porque, no lo sé, mis padre me dijeron que no hablara con alguien de él.
- ¿Por qué? Es extraño
- no lo sé, simplemente me dijeron que no hablara. ¡Mira! Ahí está – mi otra yo, volteo a ver a Lionardo, el sonreía de oreja a oreja, amaba esa sonrisa.

-¡ALINA! – la voz de mi madre me saco de aquel “sueño”.
Baje corriendo las escaleras, pesando en lo que había sucedió, ¿Por qué ese sueño?


POV LIONARDO

Alina, Alina, ¡Alina! Todo mi atención y mi mente la ocupaba ella, solo podía ver su imagen, no me podía concentrar en otra cosa.
Comparaba las veces en que había estado  mi lado. Como ha cambiado, pero esta vez, fue un cambio total, ya no era la misma chica de 17 años que conocí en sus otras dos vidas pasadas.
Ella, simplemente ya no sonreía como antes, ya no salía tanto, y sobre todo, no tenía ningún amiga. En la preparatoria, le hablaba a las demás chicas pero, ella lo decía, eran conocidas no amigas. Me sorprendía mucho, todo el cambio repentino, aun recordaba en su amiga de la segunda vida, su nombre era Alice, eran tan unidas, incluso en su primera vida tenía una amiga que se llamaba Ellen, pero hoy, en esta vida, no tenía ninguna amiga.
¿Cómo una persona puede cambiar repentinamente? No tengo ni la menor idea, solo sé que ella no era la misma, ella era otra Alina, una Alina que me fascinaba pero a la vez e preocupaba.

Escuche las pisadas de alguien en la sala, solo podía ser el, ¡dios!, ¿Cuándo me dejaría en paz? Acaso ¿nunca?
-bien, y ahora ¿Qué quieres? – exclame con frustración al entrar en la sala de mi departamento.
- es hora de que te acerques mas a ella o será tarde
- es lo que hago Mario, por el amor de dios y déjame en paz, y te aguante muchos años, más de un siglo, por…
- empieza a recordar las cosas y tu sabes muy bien lo que eso significa
Por supuesto que lo sabía muy, las cosas se empezarían a poner feas, muy feas y peligrosas tanto para ella como para mí.
-¿Cómo lo sabes?
- sabes muy bien que yo la conozco perfectamente
-¡no te pregunte eso! ¡Como lo sabes! ¡Responde!
-por que a partir de los 17 años de Alina yo puede leer sus sueños, o más bien saber cuándo es la hora de recordar. Me sorprende que no te hayas cuenta Lionardo.
Alina estaba recordando, mi corazón empezó a latir  como si fuera un martillo, estaba seguro que Mario lo oía.
Ella, el amor de vida, la razón por la cual éxito, me estaba recordando.
Voltee a ver de nuevo a Mario, pero como siempre, desapareció, ya no estaba en esa habitación.
Me deje caer sobre el sillón, pensando en que le diría cuando supiera todo,  como empezaría a ser algo más que un amigo.
Me de nuevo Mario me saco de mis pensamientos, la puerta principal de mi departamento se abrió.
-Mario, ¿me tienes que decir otra cosa?
- no soy Mario, amor, acaso no me reconoces. – esa voz, la conocía perfectamente, siempre llegaba en el momento menos oportuno. – ¡vaya! Yo también te extrañe Lionardo.
- la última vez que te vi, tuve muchos problemas, así que no, no te extrañe, no entiendo que haces aquí – mi ira se notaba en mi voz y mi mirada.
Se acerco muy lento a mí, con sus botas negras de piel y de tacón, siempre con ese estilo de rockera y ruda, era igual de delgada, con su cabello negro y ojos verdes miel, sin duda era hermosa, pero ella solo había tenido todos estos años eso, solamente era hermosa, porque no tenía sentimientos, desde que. Bueno desde la primer vez que la vi.
-¿no piensas decir nada mas? – me perdí en mis pensamientos que no me di cuenta que la tenia ah muy pocos centímetros de mi rostro. Me di la media vuelta y me aleje.
-¿Qué quieres esta vez?
-sabes muy bien lo que quiero Lionardo, ¿acaso todos esto años no te diste cuenta? – me respondió con una tranquilidad que de verdad me estreso.
- sabes muy bien que no puede ser, Alina es…
- Alina, Alina, Alina, Alina, siempre ella, ¿no te has cansado de esperarla? Y si ella escoge a otro, ¿Qué harás?
-¡no puede escoger a otro! ¡Ella es mía! ¡Es mi esposa! – empezaba a gritar. Con solo pensar esa idea la rabia me consumía
-no es tu esposa en esta vida, ella ni siquiera te recuerda.
-¡cállate! ¡Vete de mi casa! ¡No te quiero ver nunca más!
Se escucho que caminaba y abría la puerta, voltee a verla pero ella seguía parada en el umbral de la puerta.
-ten cuidado, alguien te puede ganar el amor de Alina – fue lo último que dijo y se retiro de mi departamento.
Esas palabras penetraron mi alma y corazón, no salía de mi cabeza.
Corrí lo más rápido que pude hacia el cajón de mis recuerdos, aquel cajón donde estaba una bella caja negra.
Al abrirla una lagrima recorrió mi mejilla derecha, la vista se me nublo. Lo primero que vi fue la foto de 1941, cuando ella acepto ser mi esposa por segunda ocasión. Éramos tan felices, porque me tenía que tocar esta vida. Sin tan solo hubiéramos sido humanos normales hubiéramos quedado por años en nuestro matrimonio en 1809, la primera vez que la conocí.
Ella me amaba, lo sentía y lo sabía, pero aun no se daba cuenta de la verdad, aun no se daba cuenta que su amor estaba al lado de ella.



El sol entro por la ventana, dándome directo hacia la cara, me quede dormido entre el llanto de la noche pasada, con la fotografía de ella en mi manos, sus cartas alrededor mío, sus perfumes, todo lo de ella.
Era tarde para ir al instituto, tenía que pasar por Alina así que me salte la ducha y solo me arregle, hoy empezare a acercarme a ella.
La llame para avisarle que en cinco minutos llegaría por ella pero me mando al buzón de voz, lo intente por última vez hasta que me contesto.
-bueno – su voz era única, amaba escucharla
- Alina, soy Lionardo, lo que pasa es que se me hizo tarde, pero en cinco minutos llego por ti para ir a…
- Lionardo, lo siento, am… ya no estoy en mi casa, voy de camino al instituto – su voz se escuchaba nerviosa.
- ¿a si? ¿Quién te llevo? – los celos de apoderaban de mi
- Paolo Peralta, es un buen amigo y paso por mi temprano, te veo en instituto Lionardo, hasta luego –la llamaba finalizo pero lo que más inquieto fue que  la conocía perfectamente, ella ocultaba algo, a mi no me podía engañar.

Me fui lo más rápido que pude al instituto odia los celos, pero no podía dejar de sentirlo por ella, por mi reina.
Con solo el hecho de pensar que sus besos y sus caricias podían ser de otro me consumía la rabia.
No sé cómo no me accidente, al llegar al estacionamiento vi que ella seguía en el carro con Paolo, reían y hablaban, quise ir a partirle la cara a ese hijo de la luna, sin darme cuenta ya estaba caminando hacia ellos, pero algo que vi en ese carro me detuvo.
El la tomaba de la mano, y la besaba, ella lo miraba con ternura y amor, era como me miraba a mí.
Ella… ella… ella estaba enamorada de un hijo de la luna, ¡NO! ¡NO PODIA SER CIERTO!
-te dije que la cuidaras, que alguien te podía ganar su amor – otra vez esa voz. Andrea estaba a mi lado. La agarre por el brazo llevándola directo del roble grande el estacionamiento, - ¿sabes? Me estas lastimando, suéltame Lionardo – la avente muy despacio que su espalda choco contra el tronco del árbol
- ¿Cómo sabias lo de Alina? – cada vez la frustración y la ira se apoderaban de mi.
- recuerda que la hora se acerca y…
-¡BASTA CON ESO ANDREA! – unos cuantos estudiantes que pasaban por ahí me miraban – creo que se perfectamente que la hora se acerca, ahora dime, ¿Cómo sabias lo del hijo del tiempo? ¿La has espiado de nuevo?
- recuerda la carta del destino…
-cállate y dime lo que sabes.
- ella no dirá nada Lionardo – la voz de Carmine nos sorprendió a mí y a Andrea
- ¿tú también? ¡Vaya! La carta del destino dice la verdad, - dijo Andrea. Empezó a reír como loca
- ¿de qué verdad hablas? – Me sonrió de oreja a oreja – contéstame
- todos estaremos de nuevo juntos
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- no confio en los angeles, confio en lo que soy capaz de hacer por mi misma - rose hathaway - vampire academy

wow! esa frase si ke me gusta! por ke me keda demasiado bien. 
chikas! les subo cap por fin! a la hora 1:26 de la mañana prometo que el sabado pasare por sus blogs, el sabado presento el examen de admision de la universidad! QUE MIEDO!

bueno, recomienden el blog pekeñas por favor! 
se los ruego, recomienden!

martes, 5 de junio de 2012

Nota Importante (LEAN POR FAVOR)

HOLA!
no me gusta subir sin tener un capitulo, pero no tengo demasiado tiempo asi que sere breve.
el problema ( o mas bien problemas) es este:
no tengo tiempo de subir capitulo, los capitulos ya estan todos, es mas, ya finalice la histori, ahora voy en el primer cap. de la continuacion. (no lo eh terminado). no he subido por razones muy, muy, pero muy importantes y no eh pasado por sus blogs por que (ni he lido ningun libro en tres semanas, saben lo que es eso!) estoy apunto de terminar la preparatoria, las ocho materias que tengo me han consumido por completo, entregando trabajos finales y si lo acepto, trabajos de segunda oportunidad.  no he dormido mas que 16 horas en tres semanas.
Ademas de todo esto, es que estoy a punto de entrar a la universidad, aca en la ciudad de Nuevo Leon Mexico, se presenta un examen, si pasas ese examen entras, asi que por ese motivo estoy yendo a cursos pues no soy muy buena en matematicas :/  que duran tres horas en las tardes.
el 16 de junio presento ese examen, asi que dependo mucho de ese examen y las materias de segundad oportunidad de la preparatoria.
no puedo entrar a la Universidad si no paso todas las materias.
TENGO QUE ENTRAR A LA UNIVERSIDAD!
A lo que voy es lo siguiente, por primera vez en lo que llevo del blog voy a hacer un concurso.
Escriban como creen que seguira la historia, ESCRIBAN UN CAPITULO!. y lo subire, su capitulo sera parte de la historia y asi me daran mas ideas para la continuacion :) ademas de que el capitulo que gane agregare cosas de ese cap a los que ya tengo, asi que espero que me los manden.
mi correo es el siguiente: ingrid_vgs1@hotmail.com

los espero.

MIL PERDONES por no pasar por sus blogs pero de verdad necesito dormir! NCESITO DESCANSAR!


lunes, 14 de mayo de 2012

CAPITULO 11


CAPITULO 11


POV LIONARDO



El tiempo del  amor existe, aunque nadie lo crea, el tiempo corría sin  poder detenerlo, no podía hacer nada más que esperar y esperar sus ojos estaban en mi mente, su voz grabada en mi ser, y su amor estaba hecho para mí.
El reloj corría, los minutos y segundos cada vez se me hacían más rápido, era imposible detenerlo, aunque fuera un hijo del tiempo no podía detener el tiempo. Ese maldito reloj de arena avanzaba dejándome cada vez peor.
Tenía que actuar ya, tenía que demostrar mi amor a Alina o sería demasiado tarde o tal vez si lo hacía sería demasiado pronto, no sé qué pasaba no sé cómo actuar esta vez, sería más sencillo si los hijos del tiempo no estuvieran aquí.
Los pensamientos no deseados invadían mi mente, no podía escoger a otro ya que yo era el amor de su vida. Aun recuerdo la primera vez que fue mía, la segunda vez que la vi y la tercera vez que la vi aquí, caminando por el parque, estaba tan abstraída del mundo que no se dio cuenta que la seguía. Simplemente la amaba, ella era mi todo, ella tenía que estar conmigo, cada que la veía sentía como cambiaba, cada que la miraba ya no había personas a mi alrededor solo estaba ella.
Como quisiera decirle en estos momentos a Alina que yo te enseñe que era el amor, que nunca amaría como me ama a mí, que siempre que te enojas ya no perdonas, que eres difícil cuando tienes una idea y nadie te la saca de la mente, que aun tienes mi olor en tu cuerpo, que jamás te olvidaras de mi, que siempre me amaras, que cada beso que te daba me decías con tu mirada que me amabas, por favor Alina, si te das a una oportunidad con ese hijo del tiempo no te olvides de mí, porque yo en las vidas pasadas fui tu novio y amigo y que me despertabas con beso cada mañana, ruego escuchar tu voz en mi oído todas las mañanas diciéndome cosas sobre nuestro hermoso destino.
-no piensa mas amigo mío – no, no podía ser el de nuevo.
- ¿Qué haces aquí?
-simplemente vine a hacer mi deber, como todos los…
-te dije hoy en la mañana que te fueras que podía solo – sabía muy bien lo que quería, quería hacerme estallar de la rabia.
- no te has acercado a ella, como dije anoche mi querido amigo, el reloj de arena corre – agarro algo del escritorio de mi cuarto y me lo aventó – anda, marcarle y dile que quieres salir con ella.
- estás loco…
-no más loco que tu.
El tenía razón, estaba loco, pero por ella, por tenerla cerca de mí aunque sea por unas horas, la amaba con todo mí ser.


POV Alina



Que había pasado aquella, cosas inexplicables, cosas que para mí lo eran todo pero no podía darme el lujo de pensar positivo aquellas cosas, era tarde, mi corazón ya estaba destrozado, mi cuerpo y mi alma no reaccionaban, estaba enamorada de un ser que extremadamente me atraía, el ya pertenecía a mi mundo, pero, ¿Qué pasaba con Lionardo? Yo… yo también lo quería mas que un simple amigo pero no lo conocía, ¿Qué pasaría si lo escogiera a el? Muchas veces me preguntado, ¿Qué pasa conmigo? ¿Por qué no soy del típico de chicas “normales”?  Nunca me ah interesado algo además de lectura y música, es obvio que no soy normal.
Entre tanto pensamiento me quede dormida. Un  momento, ¿Cómo se que estoy dormida?
-tranquila pequeña, nada pasara
-¿mama Rita? –ella otra vez en mi sueño.
- solo ten fe en ti y ten paciencia de todo, tu solo escucha como tu destino, te habla, no tengas miedo de caminar por el pasillo de piedras, escala la montaña, porque cada vez se pondrá peor, no llores cuando estés débil, demuestra valentía y siempre di que si puedes hacer todo, ahora empieza a caminar y no voltees atrás, o las consecuencias serán peores. – su voz era serena pero aun así había preocupación en esa voz.
- no entiendo, ¿Qué camino? ¿Qué consecuencias? ¿De qué hablas?
Me señalo con la mano izquierda un camino, que en efecto eran de piedras
-cierra tus ojos, trata de esconder el miedo que se apodera de ti, levántate cuando caigas con la frente en alto,  llega a la meta y siéntete libre y pura, no mires atrás, cierra tus ojos y confía en ti.
El viento hacia que mi cabello azotara mi cara y parte de mis hombros, mi abuela desparecía entre los árboles, tenia frio, el susurro del viento era aterrador, la lluvia empapaba a caer, la noche cubría todo, solo alcanzaba a distinguir aquel camino de piedras, pero solo con mirarlo un escalofrió recorría mi alma.
Los aullidos de los lobos se acercaban, se escuchaban las alas de unos pájaros, al parecer era una parvada, pero también se acercaban cada vez, el miedo me consumía, solo tenía dos opciones quedarme parada a esperar que llegaran los lobos o caminar y afrontar aquel miedo.
Sin pensarlo dos veces empecé a caminar, las alas se escuchaban más cerca, veía sombras negras paradas en los arboles, me miraban, sentía su odio, no me percate de que otra parvada venia de mi lado de derecho, pero estaba vez vi a los pájaros, eran cuervos. Me atacaban y yo trataba de espantarlos.
-¡hey! ¡Hey! Tranquila Ali – la voz de mi padre me saco de aquella pesadilla. La mire desconcertada, aturdida todavía de aquel sueño tan real.
-pero, ¿Qué haces aquí?
- buenos días hija, yo también te quiero – las notas de sarcasmo se notaban en cada palabra – es domingo hija, hoy no trabajo – me sonrió, yo solo asentí, aun seguía aturdida por esa pesadilla
Después de que mi madre saliera de mi recamara decidí ir a caminar un rato, escuchar mi música favorita, eso me relajaba más que estar en mi casa, la canción de passera de il divo me saco de malos pensamientos.
Camine hasta el parque que anoche, justamente en menos de 24 horas estaba aquí, en el mismo parque donde Paolo se me había declaro, y yo simplemente le dije que no, algo muy adentro de mi me decía que hice bien, que él no era para mí pero otra parte de mi me decía que lo quería como a nadie más en el mundo.
Las imagines de la noche anterior venían a mí, todo eso me hizo parar justamente en la misma banca, observaba aquella banca que me recordaba todo. Una lágrima recorrió mi mejilla.
-tengo boletos para Il voló - voltee de para saber de quién era esa voz - ¿vendrías conmigo?
- ¿Oscar? Pero ¿Qué haces acá? –tenia tanto que no veía a Oscar, para ser sincera no lo recordaba, en mi mente solo lo ocupaban dos hombres.
- tu abuela me dijo donde venias, - levante una ceja, mi abuela siempre hacia eso – antes de que te enojes con ella, déjame explicarte como estuvo todo, ¿está bien? – solo dije que si con la cabeza – ella escucho una llamada mía, escucho que mi amigo me cancelaba para el concierto, escucho el nombre de quien se iba a presentar y me dijo que te gusta mucho todo este tipo de música y además me dijo otras cosas, bueno, me dijo donde vivías para decirte que me acompañaras, entonces, ¿vienes?
- me encanta...
-Ali – oh no puede ser, era él, no, no lo quería ver. - ¿podemos hablar?
- hola Paolo, ¿es necesario? – voltee a verlo directamente a los ojos, pero dos pequeñas heridas estaban en sus labios y un pequeño moretón estaba en la parte izquierda - ¿estás bien?
- si, María me convenció de ir al doctor, y cuando María se pone terca, es muy terca
Un teléfono celular nos saco de la plática, era el de Oscar.
-¿Qué pasa? – exclamo con frustración y rodo los ojos. - ¿justo ahora? Estaba a punto… lo sé, lo sé, pero tu dijiste que ya podía acercarme, - unos minutos más de silencio por parte de los tres – está bien, no me queda otra opción, iré para allá. - cerro los ojos tratando de relajarse un poco, después de dos minutos los abrió y me vio – pequeña Alina lo siento, no podemos ir, problemas familiares, nos vemos después – me dio un beso en mejilla que duro más de lo necesario, voltee a ver a Paolo de reojo y el cerraba los puños con fuerza – te veo después, adieu ma reine douce* – pude notar el acento frases pero no entendí ninguna palabra de los que había dicho.
Pasaron cinco minutos desde que se fue Oscar, los cinco minutos más eternos que había pasado en toda mi vida. Miraba el suelo, no pensaba en nada, simplemente no quería mirar a Paolo, si levantaba la vista sabía muy bien que él estaba mirándome, no quería encontrarme con sus ojos porque perdería toda la barrera que  construí.
-Alina, necesitamos hablar sobre lo de ayer – él fue el primero que hablo, con miedo levante mi rostro pero mire otra cosa de su cara que no eran sus ojos, pero fue peor, porque lo mire directo a los labios, aun recordaba ese beso tan dulce de menos de 24 horas.
Paolo me había besado y con amor, pero yo tenía miedo, algo me decía que estaba mal lo que pasaba entre nosotros.
-creo que ayer en la noche hablamos lo suficiente – esas palabras salieron de mi boca sin pensar, me mordí el labio con nerviosismo.
-no fue suficiente para mi, Alina ¿Qué parte no entiendes? Yo te quiero como algo más que una amiga y no...
- no Paolo, basta, no digas nada, ayer te dije todo, las palabras que dije fueron suficiente para mí, lo siento si para ti no lo fueron. Me tengo que ir, mi hermana me espera para salir – fue una excusa barata pero sabía muy bien que por mi bien alejarme de él. Sin pensarlo dos veces di media vuelta y camine hacia mi casa, sin voltear atrás. Era lo mejor para los dos.




La música alta de mi hermana me despertó, no entendía el por qué mis padres no se levantaban con esa música.
Camine directamente hacia su cuarto y entre sin avisar, ella se estaba cambiando, poniéndose el pitufo de medicina* me reclamo el por qué no toque la puerta pero la ignore, fui directo hasta donde estaba su ipod y le baje el volumen.
-tengo una hora y media para dormir mas los lunes  y tú me levantas con tu música a todo volumen, se que entras a las 6:30 pero por el amor de dios Isabel, déjame dormir – cerré su puerta de un portazo y fui directo a mi recamar a acostarme pues sabía muy bien que le volvería a  subir el volumen a su música. No espero ni dos minutos cuando su música se escuchaba por toda la casa.
Mi teléfono celular sonó, sacándome de mis pensamientos y de los insultos que le decía a Isabel en mi mente.
-bueno – mi voz sonó con sueño, lo único que quería era dormir.
- hola Alina, soy Lionardo - ¿Qué demonios? ¿Cómo consiguió mi número? Una emoción adentro de mí explotaba. – te hablaba para decirte que si puedo pasar por ti para ir a la escuela, entonces, ¿qué dices?
- por mi está bien, pero solo hay un pequeño problema, entro a las 8:40 y tu a las 7:00, así que…
-no te preocupes, paso por ti a las 8, cuídate mucho – y colgó el celular.




Fui corriendo hacia el living dejando mi mochila tirada en medio, como siempre no había nadie en la mañana así que solo tome un jugo de naranja y ya, pero el claxon de un auto sonó justamente al frente de mi casa.
Al abrir la puerta me sorprendió ver a Paolo recargado en su Bora, su ojos se iluminaron al verme.
-¿Qué haces aquí? – fui un poco descortés.
-buenos días Ali, vine por ti para ir…
-Paolo, lo siento, yo no sabía, pero… como lo explico… Lionardo Ferrero vendrá por mi hoy, yo no sabía que ibas a venir hoy así que lo siento  - el solo volteo hacia la izquierda y miro el suelo, cerró los ojos con frustración y cerro su mano con fuerza.
-está bien, no es tu culpa, tenía que avisarte. – volteo hacia su carro y se subió.
Arranco al auto con tanta velocidad que di un pequeño salto del susto, vi como desparecía de la calle en la esquina, no sé por qué, pero me sentía muy mal el haber hecho eso.
-¿estás bien? – La voz de Lionardo me hizo dar otro susto, - Alina, ¿estás bien?
- sí, sí, estoy bien, no pasa nada – aun no apartaba la mirada de la esquina en la que Paolo había desaparecido. – sabes, no tengo muchas ganas de ir a la escuela.
- estoy igual, si quieres no vamos – me tentaba la idea de ir, a pasar un rato con él a solas, pero no podía, ya tenía muchas faltas.
- será otro día, no puedo por el momento ya que la faltas me afectarían en la calificación
- como tú quieras Alina, tú eres la reina y tú decides sobre todo – solo le sonríe y me subí a su moto. Era magnifico sentir el viento en mi cara, pero aun no dejaba de pensar en Paolo, ¿estaría enojado conmigo? Pero ¿Por qué?
Sin darme cuenta Lionardo había llegado a la prepa, me fije en donde estaba en carro de Paolo pero no había ningún Bora, solo estaban los carros de sus hermanos, María aun estaba al lado de su carro Beetle amarillo, no se había percatado de que la estaba mirando.
Pero sentía otra mirada penetrante, una mirada con odio, con frustración y envidia, voltee para verificar de donde provenía esa mirada pero no vi nada, los arboles de una tienda tapaban el rostro, pero pude verificar por la silueta de su cuerpo que era mujer. Aun me mirada, sus manos se cerraban con fuerza, el dolor en mi pecho aumento, sin pensarlo dos veces me lleve mi mano hacia el pecho, tratando de calmar el inmenso dolor, cerrando los ojos y respirando profundo, pero no podía, el dolor no cesaba.
-Alina ¿quieres un café?  ¡ALINA! – sentí las manos de Lionardo cubriéndome con un abrazo. - ¿Qué tienes? Dime algo, ¿Qué hago?
- hola Lionardo – la voz de una mujer me hizo abrir los ojos – por dios, ¿Qué le pasa? ¿Estás bien?,
-Alina, tranquila, nada pasara, respira como te dijo el doctor – también se escucho la voz de Ángelo. – Carmine, habla a una ambulancia – ya sabía el nombre de la chica que estaba a mi lado. - ¡NO PUEDE SER! Se pone pálida, como la última vez.
-¿estás diciendo que no es la primera vez que se pone así? – la frustración y la impaciencia de Lionardo salía con rodas las palabras.
- no, no es la primera vez, hace unas semanas se puso peor y estuvo interna por seis días. Cinco inconsciente y el otro solo en observación. Carmine, llama rápido
- es lo que hago Ángelo pero me dejaron en espera.
El dolor se calmaba poco a poco, mis latidos recuperaban su ritmo cada segundo, pero aun me sentía aturdida.
-estoy bien chicos, no hace falta que llamen a una ambulancia – les dije después de recuperarme del dolor.
- no, no estás bien, te llevaremos a un hospital
-Lionardo tiene razón, te llevaremos
- sí, buenos días, quisiera una ambulan... – arrebate el celular a Carmine y colgué.
-estoy bien, no hagan tanto escándalo, lo único que quiero es sentarme y descansar.
-yo creo que tiene razón Lionardo y Ángelo, es mejor que te lleven a un hospital – opino Carmine.
De un momento a otro me acorde de la silueta de la mujer, mire para verla de nuevo pero había desaparecido, ya no había nadie, solo se encontraba un grupo de chicos fumando.
-por lo menos si no vas a un hospital te llevare a tu casa.
-Lionardo de verdad, estoy bien, vamos es hora de ir a clase.
Entre a aquella escuela que desde hace dos años la conocía perfectamente, vi que María y estaba ahí, intente caminar hacia ella pero un mareo no me lo permitió, me recargue en la pared tratando de calmar el mareo pero fue imposible.
Sentí una mano en mi hombre y vi a María justamente al frente de mí.
-¿todo bien? – Negué con la cabeza, necesitaba acostarme - ¿Qué paso?
-un ataque – fue todo lo que dije
- ¡diablos! Otro, llamare a Paolo para que te lleve a casa – saco su celular del bolsillo trasero y marco los números, no pude evitar que le marcara cuando intente quitárselo de la mano ya había marcado. – ya viene para acá. Estaba en la cafetería, así que no tardara mucho. Mira ya está afuera.
-¿Qué pasa? ¡Por dios Alina!, ven aquí pequeña, vamos a tu casa – me tome recargue en sus hombros, notaba como los compañeros de mi salón me miraban y susurraban cosas que no entendía pero me importaba muy poco – María ¿Qué paso?
- no lo sé, solo llego y se recargo en la pared, digo que había tenido otro ataque. Es mejor que la lleves  a un hospital.
- no, no, por favor, solo llévame a mi casa Paolo, te lo suplico – no, mas hospitales.
- está bien Ali.



No sé ni cómo le hice para subir a su carro pero en un abrir y cerrar de ojos ya estaba al frente de mi casa.
-gracias – fue todo lo que dije cuando abrió la puerta y me dejo en el sofá, los mareos habían cesado un poco.
-me quedare hasta que vengan tus padres – me sorprendieron esa palabras
- no vendrán hoy, estas en Venecia, vienen mañana por la noche.
- y ¿tu hermana?
-sale a las seis de la tarde.
-está bien, entonces me quedo, ahora duerme un poco a lo mejor es lo que te falta



La luz del sol entraba por la ventana, dándome directo hacia la cara, eso hizo que me despertara, al parecer los mareos ya había cesado por qué me incorpore para ir a la cocina y tomar un vaso de agua. Al darme media vuelta vi que Paolo estaba recargado justamente al frente de mí.
-hola dormilona – solo le sonreí aun con el vaso de cristal en mi boca, tenía mucha sed. – sabias que te quedaste dormida a las 9 y son las 3 de la tarde. – no me sorprendía sabia que dormía mucho solo me encogí de hombros y lave el vaso para dejarlo es su lugar. Di media vuelta me tropecé con mis propios pies y con mi pequeño cachorro.
Estaba a punto de caerme pero cae justamente recargada con Paolo. Me quede mirando sus ojos, esos ojos que ayer había evitado.
-lo siento – salió un susurro de mi boca.
- no entiendo el por qué lo sientes, porque yo estoy más que encantado de tenerte en mis brazos – me di cuenta que me acercaba cada vez más el, su brazos estaban en mi cintura, me atraía todo de él.
Sin pensarlo dos veces nuestros labios se unieron. Por fin lo besaba de nuevo, por fin sentía sus labios contra los míos, era una explosión de sentimientos.
Mis manos se aferraron a su  cabello, atrayéndolo más a mí, nuestro beso aumento de intensidad, sin darme cuenta empezamos a caminar  y fue entonces cuando sentí el sillón en mi espalda, cada vez, nuestro beso aumenta de intensidad, no me arrepentiría de estar con él, de entregarle todo de mí, lo amaba, no podía negarlo una vez más, yo lo amaba.
Su labios fueron hacia mi cuelo besándome con ternura, y su cabeza se situó en mi hombro respirando agitadamente.
-lo siento – fue todo lo que dijo – es que me deje llevar por el amor que te tengo – levanto su rostro y me miro, sus ojos demostraban cariño y amor puro.
-no nada más tú tienes la culpa, yo también – el rubor en mi mejillas aumentaba.
Se incorporo y se sentó en el sillón. Hice lo mismo y una vez nuestras piernas se rezaban.
-lo siento de verdad, tú no quieres nada, así que yo… ¡HA!... de verdad lo siento – sus manos cubrieron su rostro.
-creo que en esa parte te equivocas
-¿disculpa? En que me equivoco, tú ayer me dijiste que me querías pero que no podías ser nada más que mi amiga.
- tú lo has dicho, ayer, tiempo pasado – sé que me arrepentiría de estas palabras pero nos esperaba una larga platica en esta tarde…
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- dicen que el hombre es el único animal que tropieza dos veces en la misma piedra, pero es falso, el hombre es el único animal que sabe que es la misma piedra - A orillas del rió piedra me senté y llore - Paulo coehlo.
adieu ma reine douce* Adios mi dulce reina
el pitufo de medicina* es el traje azul o celeste ke usan los medicos, aca en N.L. Mex. se les llama asi
hola chicas! perdon por tardar pero es que estoy muy, muy ocupada con la tarea, faltan diez dias para que acabe el semetre y mas los examenes que empiezan la el prox. viernes ademas tener que estudiar para el examen de facu, en fin!...
espero que les haya gustado, recomienden el blog mis bellas lectoras
BESOS!

lunes, 7 de mayo de 2012

CAPITULO 10


POV ALINA

El fin de semana se acercaba, de nuevo, no tenía planes, solo quería estar en mi casa, durmiendo, soñar con cosas que no tienen explicación científica, alejarme de todo a mi alrededor, quería relajarme.
Estaba acostada en mi cama en forma de cruz. Hasta pensar me daba tanto ocio.
 algo dentro de mi había cambiado desde el día del ataque, pero no sabía muy bien qué cosa, no sé si era para el bien o para mal, pero sea lo que sea, me quitaba el sueño, un presentimiento estaba abordando todo de mi ser, muy adentro de mi sabia que algo iba a cambiar, algo para lo que no estaba preparada, me sacaba de quicio, estaba preocupada por algo que lo más posible era cosas de mi imaginación, pero aun así, aun seguía sintiendo lo mismo.
Eran varias cosas a la vez, ese  presentimiento que me atormentaba era lo más importante pero había otras dos cosas que me quitaban el sueño, y sabía perfectamente que era, pues esas dos cosas tenían nombre y apellido, si, así es, era Paolo Peralta y Lionardo Ferrero
Las cosas con Paolo estaban peor, llevaba una semana sin hablarle, pero me dolía muy en el fondo no dirigirle la palabra, sabía que él no estaba enojado pero cada que lo veía la rabia me consumía, ¿Cómo se atrevió a tomarme así por la muñeca? Está bien que sea mi amigo, pero era solo eso… un amigo, aunque no quisiera era solo eso, no podía cambiar nada, sabia de sobra que yo sentía algo mas por él, algo más que una simple amistad pero no era correspondida, me tenía que callar para no salir lastimada de nuevo, ya que me prometí a mi misma que nunca más, NUNCA MAS, nadie iba a jugar conmigo, que cerraría las puertas del amor, para que no me lo atravesaran con un cuchillo muy filoso y me lo partieran a la mitad, aun recordaba ese dolor, aun recordaba como si esa herida estuviera aun abierta, lo mas probable es que este abierta, pero no me daba cuenta debido a que yo misma me cerraba, y no me arrepentía, así me mantenía alejada de todos los que me quisieran hacer daño.
El problema o no sé cómo llamarlo número tres,  era Lionardo, con su llegada algo había despertado en mi, un sentimiento de cariño, a lo mejor algo más que cariño, no sabía exactamente que era, pero sabía muy bien que no lo quería como amigo, su mirada me lo decía todo, no ocultaba nada, yo le gustaba, hasta estuvo a punto de de decírmelo esta semana, pero yo por temor, por un rotundo miedo le cambie de tema.
Paolo o Lionardo, ambos los quería mucho, ambos me llamaban la atención, ambos eran guapos, ambos… no, no ambos me hacían sentir protegida, el único que me hacía sentir bien, que  me hacía sentir viva era Paolo, con él, (fui tan estúpida), con él, mi corazón latía a mil por hora, se me cortaba l respiración, se me olvidaban las palabras, me ponía nerviosa, el… él es por el momento el ser más importante que tengo aunque él no siente lo mismo.
El timbre de mi celular me saco de esa hermosa paz. ¡Dios! Tan bien que estaba sin hacer nada.
Mire para ver quién era pero decía número privado. Deje que sonara no tenía ni fuerzas para moverme. Pero una vez más mi celular timbro avisándome de una llamada. Resignada lo tome, solo era una llamada.
-bueno – mi voz sonó con cansancio y a la vez con frustración.
- hola Alina – la voz de un hombre se escuche por la línea.
- ¿Quién habla?
- soy Romeo. Pero eso no importa – oh claro que importa – lo que pasa es que mis hermanos y yo estamos organizando para salir a un pequeño club nocturno pero no sabes cual está bien y además queremos que vengas.
- Romeo de verdad gracias pero…- no podía mirar a Paolo después de mis pensamientos, no, no quería demostrar nada de mis sentimientos.
- hey,  no aceptare un no por respuesta. Dime qué club está bien e iras con nosotros pasamos por ti a las 9 de la noche.
- hay varios bueno, en el barrio antiguo de Verona, cerca de la plaza principal, hay encontraras todo tipo de clubs pero ahí uno en particular se llama luna llena, es nuevo y todo el mundo esta yendo a ese.
- está bien gracias. Pasamos por ti a las nueve, cuídate.
Se termino la llamada, yo no era de las típicas mujeres de mi edad que cada fin de semana iba a un club nocturno pero bueno hace tiempo que no salía. Además quería hablar con Paolo, quería verlo a los ojos después de todo.




POV ROMEO

Por primera vez en mucho tiempo mi corazón latía muy rápido, mi respiración estaba agitada y mis pensamientos solo pertenecía a una persona. ALINA.
-¿Cuándo le dirás a Paolo sobre Alina? – me sorprendió María que estaba en el umbral de mi habitación.
- no te entiendo.
- sí, claro que me entiendes, y me entiendes muy bien Romeo – el tono de sarcasmo estaba en su voz – dile que ella es Elizabeth, atrévete a decirle que te gusta Alina, todo el mundo se da cuenta menos el…
- no tienes derecho a meterte en mis  cosas María – me lo avente del sillón muy indignado.
- si es mi derecho, porque desde que ustedes dos me conocieron me hicieron parte de su vida, yo era muy feliz sola, sin tener que preocuparme por nadie más que por mí, pero tú y Paolo se metieron en mi vida y eso me da derecho de decirles sus verdades.
>> odio tener que decir esto, pero todo esto es tu culpa y la de él, si por lo menos pudieran mantener sus sentimientos muy, muy guardados nada de esto estuviera pasando, así que por favor no empieces a decir tonterías de que son tus cosas. Porque hace mas de 40 años que también son mis cosas.- el enojo le salía por los ojos, sus mirada destellaban furia nunca antes vista en ella.
-si hablamos de sentimientos quédate callada por que yo sé muy bien tu secreto, María, te conozco desde antes que llegara a Paolo a nuestro mundo, así que se muy bien tu pequeño secreto. Si te vuelves a meter en mi camino diré todo lo que se.-las últimas palabras salieron de mi boca sin pensar, pero no me arrepentía de decirlas.
- adelante, di todo, haber a quien le creen más, si a ti, un hijo del tiempo que agarra todo a broma o a mí, una anciana joven del tiempo. – ella tenía razón, no podía hablar.
- se puede saber de ¿Qué secreto hablan? – mi furia se apoderaba de mi y de María, que era muy extraño pues ambos éramos muy tranquilos. No sabíamos desde cuando Paolo estaba escuchando nuestra conversación ¿habrá escuchado lo de Alina? Espero que no.
- nada que te interese, adiós – por primera vez había escuchado a María hablarle a Paolo a sí.
- María… - lo dejo con las palabras en la boca, pues ella se fue  caminando rápido, azotando la puerta de su habitación. - ¿Qué paso Romeo?
- no me corresponde a mi decirte – lo mire a los ojos y había algo distinto en ellos, a la orilla del su Iris estaba una delgada y pequeña línea roja lo rodeaba en ambos ojos, eso significaba una cosa: AMOR.
El estaba enamorado y sabía muy bien de quien, de Alina, me dolía el solo pensar que al que consideraba mi hermano estaba enamorado de la mujer que yo también amaba, pero no podía decirle nada. En todos los hijos del tiempo que estaban enamorados se les hacia esa pequeña línea, algunos más gruesa que otra, pero la delgada significa que el amor era verdadero que era fuerte y que nadie lo podía romper.
-supongo que tendré que hablar con María – dio media vuelta pero yo lo detuve, a el no le correspondía hablar con ella, me correspondía a mí, yo fui el que peleo con ella.
- hermano, yo hablo con ella, tu arréglate que en una hora nos vamos – no podía dejar de mirar sus ojos, había amor en ellos, amor puro
- ¿ a dónde vamos si se puede saber? – se dio cuenta que lo miraba, simplemente aparte la mirada, el ya había dado cuenta de la línea de los amantes. Ese era el nombre de la línea roja en sus ojos, la línea de los amantes
- vamos a un club nocturno, Alina viene con nosotros, pasamos por ella a las nueve, así que arréglate bien, y yo hablo con María. – el solo asintió, y se fue hacia su recamara.
En algún momento tenía que decirle la verdad pero no sabía cómo y este día no era el momento.




POV Paolo

La hora llego, se me hizo muy largo los minutos, pero solo quería ir con ella, verla, es todo lo que quiero, no más.
Romeo había convencido a María de ir, pero sabía muy bien que solo lo hacía para que se callara.
La luna era llena, supongo que hoy era el día de decirle, no quería callarme más, ella era mi todo, era la persona más importante en mi vida, mi vida ya no tenía sentido sin ella.
Sin imaginarme llegue a su casa, su ventana estaba abierta, ella estaba sentada en su sala, viendo la televisión era la persona más bella, mírame a mí, antes no me agradaban los humanos y hoy estoy enamorado de una humana, en este mundo espléndido, solo ella me lo hace esplendido.
-por fin llegan – su voz me ilumino el alma una vez más.
- lo siento, pero María le tocaba bañarse, así que hizo un berrinche por eso – dijo Romeo. Yo solo me reí por debajo al ver como María le golpeaba la cabeza. Me baje del carro y le abrí la puerta del copiloto, amaba su perfume, el solo hecho de pensar que ese perfume podía estar impregnado en mi cuerpo si fuera mi novia me sacaba una sonrisa muy tonta.


No sé cómo le hice pero llegamos a luna llena, era irónico pensar que así se llamaba el club y  la luna estaba así en esta noche oscura. Todos habían abajo del carro, el ballet parking ya se había llevado mi carro, ella evitaba mi mirada, no entendía el porqué, con cada roce que teníamos se alejaba con miedo, no me lo imagina, ella se alejaba simplemente.
-Alina – la tome por la mano, pero ella se alejo – por favor podemos hablar, te lo ruego, necesito hablar contigo – negó con la cabeza y entro al club. Me quede parado por cinco minutos esperando que ella regresara. Resignado entre, busque con la mirada a Romeo y a María pero no los encontré, intente caminar por la pista de baile pero una mano me tomo por el hombro haciéndome parar en seco.
-¿Qué diablos haces aquí?
- no vengo contigo Lionardo, así que déjame, no quiero problemas… - no entendía el por qué su odio, solo tenía la idea de que era por Alina pero a Alina no me hacía caso.
- estas en mi territorio, yo vengo todos los fines de semana aquí, además mis padres son los dueños – note una mentira en su voz.
- ¿tus padres? Preséntamelos – lo rete
-cuando quieras te los presento, - uno de sus amigos me empujo, eso me saco de quicio, así que sin pensarlo dos veces hice lo mismo, pero un abrir y cerrar de ojos me tenían atrapado,  tres de sus hombres me estaban agarrando los brazos, la gente alrededor nos miraban, la mayoría seguían en sus cosas, al parecer no se dieron cuenta por la música tan alta del DJ.
-llévenlo atrás, nos vemos ahí en cinco minutos – para no llamar la atención cedí a que me llevaran, esto se iba a poner feo.
Los cinco minutos pasaron, Lionardo tenía en su mirada odio, se acerco a uno de sus amigos y le susurro algo. Lionardo volteo a verme con más odio en la mirada, camino hacia mí y en un abrir y cerrar de ojos me había dado un golpe dejándome sin aire, aun seguía atrapado por otros dos de sus amigos así que no pude defender. Una y otra vez me golpeo donde mismo, sabía que no podía morir, sabía que no podía tener algo grave pero el dolor si lo podía sentir. Me arrodille por el dolor y me soltaron, se fueron sin decir nada y me dejaron en aquel callejón oscuro.
Me levante como pude, me sentía mareado por tanto dolor, hasta que por fin llegue a la salida del callejón, mire hacia el cielo, esperando una respuesta pero nadie me respondió.
-¿Paolo?... ¡oh no Paolo! – la voz preocupada de Alina me saco de aquel trance. - ¿Qué paso? ¿Quién te hizo esto? ¿Por qué? – sus manos tocaban mi cara con sumo cuidado, ella me miraba preocupada. – lo siento si me hubiera quedado contigo nada de esto hubiera pasado, lo siento, lo siento, perdóname de verdad – una lagrima recorrió su mejilla, era la segunda vez que la veía llorar.
- Alina, si tu hubieras estado conmigo te hubiera pasado algo, estoy bien…
-no, no estás bien, vamos a un hospital o dime que hago.
- solo ve por el Bora, háblale a Romeo dile que se tendrán que ir en taxi a la casa que después les explico yo, que paso algo conmigo, toma – le di las llaves del Bora.
-pero…
-Alina, me preguntaste que podrías hacer, ya te dije la respuesta, por favor Ali, ve, nada me pasara, te esperare aquí – el dolor me hacia cerrar los ojos, me mareaba.
La vi como se alejaba corriendo, su cara de preocupación me lo decía todo, quería hacer algo más pero sabía que me iba a hacer caso.
No sé cómo le hizo pero no tardo ni quince minutos y llego por mi, le pedi que fuéramos al parque que estaba cerca de nuestras casas, le dije la excusa que no queria asustar a mis hermanos, me miro confundida pero era mejor decirle de una vez todo lo que sentía por ella. Nos sentamos en la misma banca de siempre, era ahora o nunca.
Ella miraba  a luna, se perdía en ella, y yo me perdía en su rostro, su angelical rostro.
-sigues enojada – no sabía el porqué salieron esas palabras de mi boca.
-no- dijo sin mirarme.
- te puedo decir algo – mis manos temblaban, mi voz se cortaba con cada palabra.
-adelante, dime lo que quieras - ¿Cómo le iba a decir?
- Alina, me eh dado cuenta de que… - un suspiro salió – que me gustas, que te quiero, que te quiero como algo más que una amiga. Que eres una personas muy especial para mí, que tu sufrimiento es mi sufrimiento, que no puedo dejar de pensar en ti, que tu mirada me lleva a lugares inexplicables, que cuando hablas haces que mi respiración se agite, que mi corazón valla más rápido, que con cada palabra que dices, por mas mínima que sea, me iluminas el día, me siento alagado de que estés a mi lado, pero me sentiré mejor si eres mi novia, te amo Alina Vianni, desde la primera vez que te vi, no me di cuenta desde antes pero no es tarde. ¿Quieres ser mi novia? – la mire durante dos minutos ella no decía nada, solo se quedaba mirando la luna, hasta que por fin volteo a verme.
- no, lo siento pero no – esas palabras me rompieron todo mi ser – siento lo mismo por ti, me siento igual que tu, pero no puede ser tu novia.
- ¿Por qué no? – mi voz se escuchaba débil.
- porque tengo miedo – sus lagrimas recorrían sus mejillas – no sabes cómo me alegro al saber que me quieres pero no puedo, tengo miedo a intentarlo, a que todo salga mal…
- ¿alguna vez lo has intentado? Alina sé muy bien que tienes miedo pero si no lo intentas como sabrás lo que pasara.
- si lo eh intentado, hace un año y medio fui novia de un joven, le entregue todo, lo ame como nunca había pensado pero el jugo conmigo, a los seis meses de que rompimos fue novio de mi mejor amiga, aun lo quería y eso no les importo a ambos, no sabes como sufrí – es por eso que ella no quería estar conmigo – por favor Paolo, no me hagas esto, no me hagas sufrir porque me duele cada parte de mi ser. Solo sigue como si nada.
La mire directo hacia los ojos pero ella aparto la mirada y cerro sus ojos, no lo pensé dos veces, le tome el rostro con mis manos y la bese.
El beso es cálido, sentir sus labios sincronizados con mi labios, no podía dejar de amarla después de esto, sabía que ella sentía lo mismo.
Una ráfaga de emociones paso por los dos, sentí sus manos atrás de mi cuello, mi manos estaban en su cintura, atrayéndola cada vez más a mí, no quería sepárame nunca de ella.
Nuestro beso aumento de intensidad, la amaba con todo mí ser, solo quería que estuviera conmigo, me costó separarme de ella, pero sin embargo ambos necesitábamos aire.
Uno de sus cabellos ondulados estaban al frente de su cara, se lo retire metiéndole atrás de de su oreja derecha, aun estábamos cerca y escuchaba como respiraba agitadamente, me miraba llorando, pero se puso de pie
-lo siento – dijo bajando la mirada, la mire con incredulidad – te quiero Paolo pero lo siento, tengo miedo y no puedo…
- te esperare – una vez más esas palabras salieron sin pensarlo
-no, no lo hagas – empezó a caminar hacia su casa. No le quitaba la vista. Ella me quiera pero tenía miedo.




POV  LIONARDO

Llegue a mi departamento después de hacer pagar a Paolo por ver a mi reina así, el único que la podía amar era yo.
-no estés tan seguro - ¡diablos!, de nuevo el.- recuerda que puedo leer tus pensamientos y tus emociones.
-salte de mi cabeza y vete de mi departamento, no estoy de humor
- se hace tarde Lionardo, te tienes que acerca a ella a como dé lugar, el reloj de arena está corriendo, amigo mío. Será demasiado tarde si lo haces después.
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- el amor se empieza con una mirada, se decide con una palabras, se siente con un beso y se pierde con una lagrima- Paulo Coehlo- veronika decide morir


chikas disculpen la demora lo ke pasa es ke estoy lastimada de la rodilla, de plano, no podia caminar ni nada falte dos semanas a la prepa y me atrase mucho y tengo un monton de tarea, ademas ke solo faltan 4 sem. para acabar el semestre asi tengo, mucha, demasiada, exagerada, tarea. 
les deseo suerte a todas y gracias por los premio, sigan recomendando el blog, por ke ahi viene la verdad de todo lo ke esta pasando con lionardo, Paolo y Alina. :)

muchas gracias Alexita y Mariana
ambos premios se los entrego a 
Camy (los3)
Mariana (los2)
sus blogs son lo maximo de verdad gracias por todo su apoyo las kiero mucho y sigan escribiendo pues leer sus blogs me hacen volar en mi imaginacion a lugares inexplicables.
dos personas de arriba me dieron los premios asi ke yo les kiero dar un premio ke muy pronto lo tendran todas solo denme tiempo.
se cuidan mucho y recomienden, 
besos
PD: camy, se ke no eh pasado a ttu blog pero lo eh estado leyendo solo ke no eh comentado por falta de tiempo, en el mas minimo tiempo libre los comento :) 



viernes, 27 de abril de 2012

CAPITULO 9


POV Lionardo

Ella no había cambiando nada, después de todos estos años era la misma, sus ojos aun demostraban tristeza nada absolutamente nada había cambiando. Su rostro igual de hermoso como una diosa, seguía igual. Ella no se daba cuenta de toda la verdad, yo estaba ahí de nuevo, a su lado por tercera vez en mi existencia, y lo volvería a hacer con tal de estar a su lado. Nuestro futuro ya estaba escrito como todos los años pasados, esta iba a hacer la última vez que nos íbamos a separar, pero sabía muy bien que la cuarta vez que nos viéramos ella estaría conmigo para siempre.
Aun recuerdo  como la conocí por primera vez. Su hermosa sonrisa cuando me vio, como se iluminaron sus ojos al saber toda la verdad.

Inicio de Flashback

Aquella tarde era soleada en siglo 18, ella iba con nana por el pequeño mercado. Las carrozas pasaban por todos lados, había una distancia de por lo menos 15 metros, ella aun no me había visto, su mirada estaba perdida con un bebe de la señora que vendía cosas antiguas. Por un momento la imagine con un bebe de ella a su lado.
-señorita Alina, termine todo creo que es hora de partir a su casa – la nana le señalo el sol, diciendo que ya era tarde.
- vamos nana, un momento más, ¿en casa que me espera? Nadie. – de su rostros salió una hermosa sonrisa que ilumino el día gris que había tenido.
Me acerque por lo menos 2 metros de ella para dirigirle la palabra.
- si quiere joven dama, la puedo acompañar a su hogar – ella volteo a ver. Por primera vez vi el cielo en una mirada de una mujer. Ella era única, era especial.
- sería un honor, pero temo que por este momento no puedo retirarme caballero – me dedico una sonrisa angelical.
-señorita Ali…-protesto la nana
-nana, por favor, vamos a ver a Claire Bustamante, tengo mucho que no visto a la familia Bustamante y ellos me fueron a visitar hace dos semana – la nana abrió su boca para protestar, pero solo se quedo callada y solo asintió, ella siempre obtenía lo que quería. Como siempre.
Dure días siguiéndola, tratando de saber más de ella, preguntándole a la señoritas que la conocían, pero solo contestaban que ella había quedado huérfana 2 años antes y que era de dinero y tenía muy pocos amigos o más bien no tenía amigos ya que ella decía que no confiaba en nadie.
Una vez más la vi saliendo de la iglesia con flores rojas en las manos, su sonrisa se apago cuando me vio y se dirigió a mi con molestia en su rostro.
-dígame que no me a seguido, acaso piensa que no me dio cuenta caballero…
- solo vine a contemplar la iglesia, mañana me retiro de Madrid, me voy hacia Paris…
-por favor no mienta, desde días atrás lo he visto siguiéndome, acaso piensa que soy…
- bonita, vanidosa, orgullosa, terca y sobre todo… HERMOSA – un tono rojo apareció por sus mejillas, por primera vez me sonriera y su felicidad llegaba a sus ojos. – por favor, le pido que me deje acompañarla a su casa – extendí mi mano hacia ella, por un momento dudo tomarla pero después de todo la tomo.
El contacto físico hizo que varios sentimientos atravesaran todo mi ser. No tenía  miedo de lo que iba a pasar pero iba a disfrutar cada momento que pasara con ella.
-y dígame. ¿De dónde es?
-mi familia viene de Inglaterra, pero yo no soy de ninguna parte. Solo estoy aquí para cumplir con mi deber
-¿Cuál es su deber? - ¿Qué le tenía que responder? ¿La verdad? Si claro que la verdad.
- mi deber… es estar con una mujer hermosa, claro primero necesito conocerla para cumplir con mi deber.
- ¿mujer? – un tono de sorpresa se escucho en su voz
- sí, creo que usted la puede conocer, pues la eh seguido por mar y tierra para saber de esa mujer, mi ojos se iluminan con solo verla,  mi labios mueren por probar sus labios, mi cuerpo la desea, y sobre todo lo más pequeño pero no lo menos importante, mi corazón late cada vez por ella, por verla con esa alegría de siempre su escuchar su hermosa voz. Sé que yo no soy nadie para ella pero ella para mí lo es todo. Su sonrisa. Sus ojos, sus dulce y hermosa voz iluminan día haciendo que cada vez que la imagino ella está ahí, en mi mente. ¿La conoce? – me sorprendió como tenía su rostro, era emociones de desilusión, tristeza y asombro.
-debe de estar muy enamorado para hablar de una mujer así, me temo que no la conozco, pues no me ha dicho el nombre de su bella mujer
- se equivoca señorita, esa mujer la conoce muy bien, son muy buenas amigas – la mire por el rabillo de mi ojo, estaba pensando, analizando si la conocía – no piensa señorita Alina, la conoce muy bien, porque es mujer es usted.

Fin de flashback

Alina ya estaba al frente mío, de nuevo estaba en mi vida, pero aunque me cueste aceptarlo se iba a alejar de mi tarde o temprano pero disfrutaría los momento al estar con ella.
-Lionardo, pero ¿Qué haces aquí? – su voz me saco de mi recuerdo.
- si quieres me voy, vengo a estudiar pero debido a que no quieres que este aquí, me retiro.
- no, no, no, yo no trate de decir eso – un mueca de arrepentimiento estaba es su fina boca.
- no te preocupes Alina, era una broma – la tome por la barbilla haciendo que me mirara a los ojos. Me perdí en ellos, ¡claro!. En todos estos siglos que la eh visto me pierdo en ellos.
Alguien se aclaro la garganta, me aleje de eso hermosos ojos tratando de sobreponerme, no estábamos solos, había más personas.
-Alina, ya es hora de entrar a clases – voltee a ver de dónde venía esa voz de hombre, al lado del Bora blanco había dos hombres y una mujer. Lo mire con cara de pocos amigos. ¿Cómo se atrevía a hablar así? ella era su Reyna.
- Paolo creo que aun sobra tiempo para platicar, llegamos muy, muy, a tiempo – le sonrió, los celos me invadían, ella no podía sentir amor por nadie más que no fuera por mí, por un momento desee que esa sonrisa fuera para mí – lo siento Lionardo, ellos son Paolo, Romeo y María Peralta. Ellos también empezaron este semestre aquí.
- mucho gusto – aun no le quitaba la mirada de odio a ese tal Paolo.
La mujer de cabellos negros se acerco a mí, con solo mirarme durante tres segundos dijo:
-te me haces muy familiar, ¿te eh visto en alguna parte?
- por supuesto que no, vengo de España, así que no lo creo. – trate de no perder la sinceridad de mi voz pero todo fue en vano, mis nervios se apoderaron de mi voz.
- y… ¿en qué grupo estas? – Alina noto la tensión que nos rodeaba así que hablo para suavizar las cosas.
- según mi hoja de registro en el grupo: 417 y ¿tu?
- 431
- estás conmigo Alina – la joven que me pregunto si me había visto en alguna ocasión estaba con Alina, esto no me gustaba nada, se darían cuenta de quien soy, pues yo sabía muy bien que ellos eran hijos del tiempo.
- Alina, te veo en la salida o en el descanso.
-hasta luego Lionardo.
- sabes algo, mejor me voy, no me siento muy bien como para entrar a clases – una nota de preocupación estaba en sus ojos, su mirada me lo decía todo, rogaba por que no me fuera. – hasta luego – le di un suave beso en la mejilla, duro más de lo que un beso normal duraría.
- cuídate, te veo mañana – con un dolor en mi pecho por despegarme de ella me aleje, directo hacia mi moto, me dolía dejarla, pero solo seria por unas horas, si aguante un siglo podía aguantar más tiempo.


El viento en mi cara ahora era alegre, de nuevo estaba con ella, de nuevo ella estaba a mi lado, pero algo rondaba en mi cabeza, una idea loca, ¿Qué pasaría si ella no quisiera estar conmigo?  Si ella escoge a otro me dolería el alma, ya no sería inmortal, sería un simple humano sin ella a mi lado.
Sin darme cuenta llegue a mi destino, a la que era mi casa desde hace tres años. El ya me esperaba en living de mi departamento, me observo por menos de 10 segundos para darse cuenta de mis emociones, desvié mi mirada, sabía muy bien que el ya había visto todo.
-sigue igual de bella que la veces pasadas – me mordí la lengua*, no quería pelear de nuevo, mas de una vez hablaba de su belleza y eso me molestaba demasiado, – tranquilo, yo solo estoy aquí para orientarte.
- ya lo hiciste los años pasados, se me de memoria las reglas, como debo llegar a ella, como debo hablarle sobre nosotros, creo que lo sé muy bien, así que por qué no te retiras. Esto ya…
- no cantes victoria Lionardo, no eres el único que quiere estar con ella – ¿pero de qué diablos habla? Yo soy el único que debe estar con ella. – no es así amigo, hay más personas que quieren estar a su lado y no precisamente como amigos.
- ¿Quiénes son ellos? –mi voz se elevo mas al pronunciar esa palabras, eran ellos los que me querían alejar de mi Reyna.
- todo a su debido tiempo, pronto te darás cuenta pero te diré un solo nombre porque son más de dos – no puede ser, mas de dos hombres querían estar con Alina – Paolo Peralta, el hijo del tiempo que siempre está con ella.
- ¿Cómo sabes eso? Ese tal Paolo ni le hablo mientras estaba con ella.
- Paolo aun no se da cuenta de sus sentimientos, pero pronto mi querido amigo sabrás de lo que te hablo.
- habla más.
- ya es tarde, tengo que hacer mi deber, hasta luego Lionardo – en un abrir y cerrar de ojos ya no estaba en living, me había quedado solo, solo con mis pensamientos.
Me recosté en el sillón blanco del living, odiaba sentir celos, pero ella era mía, solo mía, todos estos años era mía.
Una vez más me deje llevar por los recuerdos de los años pasados que estaba con ella, en como en una ocasión, una solo ocasión había cumplido mi deseo, ser padre, pero me arrebataron ese hermoso deseo cuando los asesinaron.
Ella tenía que estar con migo, ella me tenía que amar a mí, solo a mí, e iba a luchar por ella, por nuestro futuro.
Sin darme cuentas eran las 12: 40 en menos de media hora ella iba  a salir, la tengo que ver de nuevo, la tengo que tocar, simple mente no puedo estará sin ella.
Baje rápido hasta el estacionamiento, sino respetaba los señalamientos de transito podía estar ahí a tiempo.
Y así fue, llegue justo a tiempo, la mayoría de los alumnos ya habían salido.
-tú eres el nuevo, mucho gusto, me llamo Carmine Bianchi, ¿y tú eres? – una voz femenina me interrumpió justo cuando iba a buscarla.
- Lionardo, Lionardo Ferrero, mucho gusto.
- ¿buscas a alguien? – ahora fue una voz masculina la que hablo, lleve mi mirada hacia ellos, eran dos personas, la mujer era de estatura  pequeña, su piel era blanca como la nieve, sus ojos eran azules, cabello castaño oscuro, era bella, muy bella. Y el hombre era de mi estatura, se veía que pasaba tiempo en el gym, su rostro estaba muy definido, cabello castaño y ojos café oscuro, se me hacia conocido pero no sabía de donde.
- busco a una amiga, la acabo de conocer, pero…
- vamos Paolo, solo será un rato, además en mi casa no me espera nadie – mire justamente hacia la puerta de salida, sus voz era única, era igual de testaruda como siempre, hacia un pequeño puchero para que Paolo le hiciera caso. Un momento. El era Paolo.
- Ali, ya te dije que no, tu madre…
- mi madre, mi madre, mi madre, ya te dije que ella no se dará cuenta, solo un helado y me dejas en mi casa, además tus hermanos vendrán con nosotros. ¿Cierto?
- lo siento Alina, tengo tarea es mejor que me valla
- pero María, solo será media hora. -  la mujer negó con la cabeza y se despidió de todos y se fue hacia su coche.
- ¿Romeo?... tu no me puedes fallar, además…
- claro que si Alina, yo voy – volteo a ver a Paolo que negaba con la cabeza - ¡rayos! Se me olvido que tengo una junta de futbol americano en la  tarde, será para otro día. Nos vemos chicos – el hizo lo mismo que la joven y se fue.
- Paolo solo será un momento
- ya te dije que no Ali
Me acerque a ellos, silenciosamente.
-pero
- si quieres yo te puedo llevar – me acerque a su oído y le susurre muy delicadamente, la mirada de Paolo me atravesaba, ella volteo hacia atrás y me sonrió.
- eso… eso sería genial, ya que Paolo no me quiere acompañar.
- Ali, no es eso…
- dos cosas Paolo, una: ya te dije que no me dijeras Ali. Dos: no me quieres acompañar y Lionardo sí.
- Alina, sabes muy bien que esta enferma, no puedes…
- amigo tranquilo, yo la cuidare – una vez la mirada de Paolo me fulminaba, era como si quisiera matarme.
- ya te dije que no, que ella se va a su casa a descansar – Paolo la tomo por la muñeca, muy sorprendida Alina me miro, al parecer era la primera vez que Paolo hablaba así.
- suéltala, la estas lastimando, ¿Qué  no te das cuenta? – mis músculos se tensaron, quería arrancarle la vida, estúpido hijo del tiempo.
- te dije que se va conmigo – empezó a caminar con Alina tocándole los talones, Alina estaba callada, la conocía bien, tenía miedo, no sabía que decir.
- y yo te dije que ella se va conmigo – me acerque más a ellos, deteniéndolos justo a medio camino del Bora blanco.
- ¡BASTA! – por primera vez en la pelea Alina hablo – no me vio con ninguno. – a como pudo se solto del amarre de Paolo – los veo mañana en clase. ¡Angelo! – el joven que había dejado hablando se acerco a ella, al parecer se conocían. - ¿me puedes llevar a casa?...
- Alina – el tono de suplica de Paolo me irrito, ¿Cómo era posible que se comportara asi con ella?
- no, basta Paolo, te veo mañana. ¿Ángelo? – la voz de Alina se eleva por su enojo.
-por supuesto que te llevo – el tomo la cosas de Alina y se alejaron, se subieron al gran Camaro* del año de color rojo y desaparecieron de mi vista.
- idiota – fue todo lo que escuche y fue suficiente para hacer que mi ira y mis celos se elevaran por los aires.
- ¿Qué me acabas de decir? – me acerque hacia Paolo, ya era suficiente, lo  iba a matar.
- lo que escuchaste, o ¿estás sordo? Aparte de idiota eres sordo…
- no me conoces, así que mejor guarda tus insultos para ti, ella es mía – las últimas palabras salieron sin pensarlo
- ¿de qué hablas? Ella no es un trofeo. – el tenia razón, ella no era un trofeo, pero era mi Alina.
Escuche otros insultos mas, pero solo me quería despegar, olvidar todo, lo deje hablando y me fui directo hacia la moto, una vez más me iría sin ella. Sin mi Reyna.

POV PAOLO

El muy idiota se fue, creo que fue lo mejor ya que no quería tener problemas con Alina.
No dejaba de pensar en ella, ella era distinta a todas las humanas, ella era especial.
-será mejor que te alejes, ella no es para ti – una voz me saco de mis pensamientos. – soy Carmine por si te lo preguntas, y te doy un consejo, ella no es para ti, aléjate antes de que te enamores mas.
- yo no estoy enamorado – o ¿sí? Esa pegunta estaba en mi cabeza desde hace dos semanas.
- por supuesto que lo estas, veo como la miras, como la proteges, como la abrazas y sobre todo, como vez sus labios. -  no era cierto, yo solo la quería como amiga.
- no se dé que hablas – me di media vuelta y camine al Bora y me subí, no era tiempo de enamorarme y menos de una humana.
Pero Carmine se acerco a mi ventana y se inclino.
-hay otras chicas que quisieran estar contigo, pero ella no es para ti, no lo hago por alejarte, pero toma en cuenta este consejo de una vieja antigua amiga: no te enamores de ella o será tarde para todo.
La ignore y avance a toda velocidad sobre el estacionamiento, vi por espejo retrovisor como Carmine se quedaba para en el lugar que la deje.
Al llegar a casa me sorprendí por lo que vi, María y Romeo estaba arreglando sus cosas.
-no es lo que crees – dijo María – iremos a trabajar, volveremos hoy en la madrugada, ya sabes que no podemos dejar el trabajo tirado y a ti te toca ir pasado mañana.
- hermano sabes una cosa, te quedaras solo en la casa, escuche que los jóvenes humanos de ahorita les gustan las fiestas sin adultos. – por primera vez en años no le seguí la broma a Romeo.
- María podemos hablar – fue todo lo que dije pero al parecer mi rostro lo decía todo. Ella solo asintió y me siguió hasta mi cuarto.
- ¿Qué pasa? – fue todo lo que dijo.
- no sé qué me pasa – la mire pero ella me hizo un gesto con la mano para que siguiera-son cosas que no explico, todo en mi ha cambiado.
-respecto a Alina, ¿cierto? – creo que ya se daba una idea de lo que le iba a decir –prosigue.
- mis sentimientos son confusos, Alina no la saco de mi mente, el solo hecho de pensar que se fue con Ángelo me… pone a hervir la sangre, me siento desesperado, he analizado esto todas las noches, pero no encuentro en el motivo del porque siento esto.
- Paolo, y te lo dije una vez y te lo vuelvo a decir, estas enamorado.
- pero…
- Paolo, te sientes son inquietud al no saber nada de ella, la miras con cariño, odias a todo hombre que la ve, no la sacas de tu mente en más de 5 ocasiones por semana sueñas con ella a eso se le llama… amor – ella tenía razón en todas las cosas – pero ten cuidado ya viste a los ángeles negros, así que cuídala.
- lo se muy bien.
- ten cuidado con lo que sientes – dio media vuelta y se retiro de mi cuarto
Ella tenía razón, tenía que aceptarlo de una vez por todas, estaba enamorado de  Alina Vianni.

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-pero ¿Cómo pudiste creerme? Después de las miles de veces que te dije lo mucho que te amaba ¿Cómo pudo una simple palabra romper tu fe en mi? – Edward Cullen – luna nueva.


-me mordí la lengua* - expresión que significa quedarse callado para no insultar 
Cámaro* : carro deportivo

gracias a las nueve seguidoras, por los premios que me han dado y gracias por leer, recomienden por favor, y cometen y pasen por este nuevo blog que me gusto mucho:
recomienden el blog! se cuidan mucho y besos!