martes, 28 de febrero de 2012

CAPITULO 1



Ya es de mañana, ya se me hizo tarde para ir a la escuela, todo por estar pensado, por estar soñando despierta.
Otro día mas que transcurre en mi vida, sin nada nuevo, sin nada que me llene de ilusiones.
Como todos los días me pare muy apenas por tanto sueño que tenia, me fui a mi estero que tenia al otro lado de mi cuarto poniendo música relajante, música clásica, no se escuchaba ningún ruido en el piso de abajo así se que supuse que tanto como mi hermana como mis padres ya se había ido, de nuevo sin avisarme, pero que yo recuerde nunca los había visto en la mañana.
Son las 6:30 de la mañana y aun sigo en mi cuarto, con mi pijama azul, suspire muy hondo-no vas a llegar a primera hora- me dije.
Era lo mejor, sabía muy bien que no quería ir a la escuela, me quería ir caminando ya que no sentía ganas de hacer nada, solo pensar y pensar.
Me puse lo primero que vi., ya era muy tarde, pero en fin quien se iba a dar cuenta que faltaba a la escuela, nadie, mi mama hace años que dejo de ir a las juntas de mis escuelas, no me interesaba nada, solo quería llorar. Y tenía motivos para hacerlo.
Pero cosas insignificantes tenia que pensar, el día de hoy no tenia ganas de nada así que me dispuse a ir a caminar por el parque, pensando y analizando cosas frustrantes que pasaban por mi cabeza.

¿En que universidad iba a entrar? Me repetía una y otra vez, ya tenia que tener eso muy en claro ya que en menos de medio año tenia que presentar el examen de admisión, no podía platicar con nadie, ya que mi mejor amiga me traiciono y la otra ni siquiera se acuerda de mi.
Como siempre hablando sola en el parque pero que mas podía hacer si no tenia a nadie.

POV Paolo

Un día mas sin que hacer, bueno excepto arreglar las cosas en el mundo de los humanos. Otro día haciendo la misma rutina de siempre.
-vamos es hora de arreglar las cosas- dijo Romero muy entusiasmado. Pero el que día no es feliz, ¡siempre es feliz!-otra vez analizando cosas de los humanos, ¿cierto?- yo solo lo mire con cara de odio. Sabía muy bien que nunca pensaría eso.
-no entiendo el por que nos mandan a nosotros a arreglar las cosas de los humanos, ¿Qué ellos no pueden hacerlos solos?- estaba frustrado de hacer siempre lo mismo, y al parecer era el único que pensaba así.
-creo que es mejor que nosotros lo hagamos, ya que ellos se pueden equivocar peor…
-¡pero ya me harte!- lo interrumpí, se escucho con un timbre de ira.
-vamos, cálmate, a lo mejor hoy es un día mejor
Trato de tranquilizarme, pero que podía hacer el.
Fuimos directos a la sala de transportación, entramos a pequeño cuarto donde solo cabían dos o tres personas a lo mucho, así que sin pensar mas cerré los ojos y al abrirlos ya estaba en el parque, donde había parejas de enamorado, personas haciendo ejercicio, etc. etc.
Sin mas que hacer saque el reloj dorado de mi bolsillo y lo empecé a menear de un lado a otro, de izquierda a derecha, hasta que sin pensarlo ya todos los humanos habían parado, había parado el tiempo, de nuevo.
Voltee a mi izquierda y vi a una madre y a su hija de aproximadamente trece años discutiendo, fui directamente hacia ellas y me dispuse a arreglar la situación, saque del maletín una rosa la puse en la mano de la adolescente y le borre de su rostro la ira, hice que hiciera una sonrisa y estirara el brazo, como si le estuviera dando una flor.
Mire hacia otro lado y vi a un niño pequeño en un árbol, su madre lo estaba regañando, así que fui directamente hacia ella y la vi. Iba caminando como una humana cualquiera, parar el tiempo me hizo verla mejor, estaba triste, su mirada se veía llena de lagrimas, como si tuviera mucho problemas, tenia un ipod en sus manos donde estaba escuchando música, por un momento me le quede viendo a los ojos, esos ojos tan grandes y tan bellos, que a pesar de que teñían tristeza, era como si su mirada me penetraba el alma, era hermosa, la humana perfecta, la mejor que había visto en lo que llevo haciendo esto.
Por un momento sentí como si me mirara, como su supiera que estaba ahí, pero era imposible, los humanos no me pueden ver, como detuve el tiempo, no me pueden ver a menos que el tiempo trascurra, pero ella, sabia muy bien que esa mirada significaba algo.
La acaricie el contorno de su rostro, pero en ese momento escuche el violín, era hora de irme, era hora de que todo volviera a ser como antes. Cerré lo ojos y de un momento a otro me encontraba de nuevo en el mismo cuarto de transportación.
Fui directo hacia mi cuarto sin decir una sola palabra a nadie, no estaba tranquilo, la ideas de mi cabeza daban vuelta, su rostro no desaparecía de mi mente. Todo eso se vio interrumpido por la voz de Romeo.
-¡hey tu!, despierta, pareces un humano… ¡wow! No me vas a golpear ni nada-dijo sorprendido
-¿Cómo por que te tendría que golpear?-estaba con fundido.
-te dije, que parecías humano, cada que te digo eso te enojas.
-Romeo, alguna ves, has sentido como si un humano te mirara, como si supiera que estas ahí.
-es imposible viejo, los humanos no pueden vernos, a menos que nos dejemos de ver, por…
-claro que si lo ha sentido-entro a mi habitación María,- o ya te olvidaste, de que hace 3 años viste a Elizabeth.
-claro, Elizabeth, si, una vez, hace 3 años, en Francia, vi. a una joven sentada en una banca, pasaban de las 12 de la noche, tenia un a carta en la mano, como que su novio la había dejado, pero bueno ese no es el punto, era tan bella, que me llamo la atención, me acerque para verla mejor, claro ya había detenido el tiempo, la mire a los ojos por un rato cuando vi que sus ojos se movían a verme, no me explico por que…
-así que fue a decirle al jefe- el jefe, nadie lo conocía, solo hablaba por teléfono en conferencias, pero todos decían que era un adulto como de 30 o 40 años, pero nadie lo había visto, solo eran rumores- le explico el motivo, y el jefe le ordeno seguir a la chica, así que al parecer nunca lo vio.-
-si Paolo, la seguí por día y noche, pero nunca le dijo a nadie.-concluyo Romeo.
- ¿Por qué? ¿Paso algo?- me pregunto con mucha curiosidad María
-nada, solo fue mi imaginación
-chicos ya es hora.-nos grito la encarga de los dormitorios, era hora de cenar.
-no tengo hambre, me dormiré temprano, así que vallan ustedes.
Sin mas que decir, los 2 salieron de mi cuarto y me acosté, es imposible, ella nunca me vio, nunca me imagine sentir esto. Es una especie de vario sentimientos, odio, cariño, ternura, de todo un poco, pero que puedo pensar de una humana.
 


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“¿Qué recomienda usted para enardecer el afecto? —Bailar, incluso si la pareja de uno es apenas tolerable”- Elizabeth Bennett (orgullo y prejuicio) 

he pensado poner en cada capitulo una  frase de los libros ke he leido, asi ke aki esta una :) recomienden por favor


5 comentarios:

  1. Creo que todo esto es interesante ya quiero ver el rumbo de la historia... cuidate y sigue escribiendo te recomiendo ke pongas un contador de visitas y ke publikees seguigo en estas semanas, dias, etc... luego ya podras ir agarrando tu ritmo!!

    xoxo Meli <3

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  2. Me gusto mucho el primer cap!!!
    Estoy atrapada,así que espero que publiques pronto porfis =)
    Un beso grande ha y antes que me olvide prometo recomendarte en mi próxima entrada,seguro que en mi blog principal ;)
    Camy...

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  3. Mandame una reseña a mi correo:
    melifer.951108@gmail.com, para poder recomendarte en mi proxima entrada!! lo mas rapido posible mañana pienso publikar ya ke no tengo mucha tarea!! :$ la espero!!

    xoxo Meli;)

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  4. Hola!
    Me gusta el tema de tu blog aunque todavía lo estoy descubriendo!
    Orgullo y Prejuicio es uno de mis libros favoritos, tengo muchas frases favoritas pero ahora se me vino a la mente cuando Mr. Darcy se declara que le dice: Una palabra suya me hará callar para siempre...
    En fin, volviendo a tu historia, me tienes enganchada con lo poco que leí, así que voy al siguiente capítulo!
    Un beso!

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