POV ALINA
¿Qué es el amor? ¿Acaso es lo que siento
en este momento? No lo se, pero si esto era amor estaba en cielo.
Un amor prohibido vale más que cualquier
otra cosa, yo amaba al hombre que estaba dormido a mi lado, lo amaba como nadie
más en el mundo, había algo en el que simplemente me volvía loca, con solo
mirarlo mis pensamientos se acaban y empezaban unos nuevos. Empieza el gran
amor que tenia por él, un amor que de verdad no se acabaría nunca, el ya
pertenecía a mi mundo.
No me arrepentía de tomar una decisión:
estar a su lado pero sin que nadie supiera nada, el era mi todo y más.
Me voltee para verlo a la cara, aun
estaba dormido, me abrazaba por la cintura en el sillón del living, no se
percato de mi movimiento, así que solo me le quede viendo.
¿Podría ser esto un error? Tampoco lo sé,
pero sí lo era, amaba cometer este error, solo quería estar así, parrar el
tiempo y quedarme con el siempre. Me sentía como Edward Cullen cuando mira a
Bella Swan dormida. Se sentía mágico.
Sus ojos se empezaron a abrir lento, yo
no podía borrar la tonta sonrisa de mi cara.
-y te quejas de mi, que por qué duermo
mucho, tú has dormido toda la tarde – me dio un beso lento pero amoroso – con
eso estamos a mano – le di otro beso rápido.
- ¿Cuánto tiempo dormí? – la voz de Paolo
se escuchaba dormida
- más o menos cuatro horas y media, puede
que mas.
- lo siento, estaba cansado, es que… - se
quedo a la mitad de la frase. Lo mire a los ojos buscando la continuación de
esa frase. – le tuve que ayudar a Romeo en literatura.
- creo que es mejor levantarnos, mi
hermana está a punto de llegar y sabes que no quiero…
- respecto a ese tema, ¿Por qué no
quieres que se enteren de nuestra relación? Yo te quiero bien y…
- Paolo, ya hablamos sobre esto, dame
tiempo y diré todo. Es hora de levantarnos – lo mire a los ojos por última vez
y me incorpore, sentándome en el poco espacio del sillón, pero sentí una mano
sobre mi brazo que me llevo hacia atrás de nuevo y caí justo arriba del cuerpo
de Paolo.
- ¿Por qué hiciste eso? – le pregunte
sonriendo
- solo no quiero alejarme de ti, fue
suficiente con el tiempo que estábamos enojados…
- Paolo, mi hermana está a punto de
llegar y… - la luces de un carro
entraron por la ventana. Mire a Paolo levantando una ceja y el solo asintió
resignado.
Una vez más me incorpore y Paolo lo hizo
después, de nuevo le di un beso rápido y me fue hacia la cocina. No pasaron ni
dos minutos cuando escuche la voz de mi hermana saludando a Paolo, escuche sus
tacones yendo hacia el segundo piso.
-¡ALI! – la voz de mi hermana me
sobresalto, su grito escuchaba con enojo
y frustración.
Subí lo más rápido que pude hasta su
cuarto y como siempre entre sin tocar.
-¿Qué pasa? – mi voz sonaba temerosa.
- ¿Por qué estaña tu y Paolo solos, aquí
en la casa ya tarde? - ¡por dios! Iba a empezar con esas cosas, ¡no puede ser!
- me acompaño de la escuela, porque me
sentía mal.
- está
bien, y sabes que a mama…
-no quieren ningún hombre adentro sin
ellos, pero si yo recuerdo algo, es que tu y Sergio están aquí solos y nuestros
padres han llegado y no te han dicho nada
-Ali, escucha, me gusta Paolo, de verdad
me agrada para ti, pero…
-pero…
-pero se me hace muy extraño todo lo de
sus hermanos y sus padre, el otro día vi a s hermana María llegar un maletín y
se escondía para entrar ¡a su casa!
- todo tiene una explicación, Isabel, me tengo
que ir, acompañare a Paolo a esa casa
-cuídate y no te tardes – la voz de
Isabel sonaba tranquila. Eso significaba que todo lo que ella decía era verdad.
Fue un largo día, desde que vi la silueta
de esa mujer hasta hoy en la noche donde había aceptado ser la novia de Paolo.
Era hora de dormir, fue un largo, largo día,
me sentía de forma extraña. De nuevo a viajar a ese sueño de fantasías que simplemente,
por alguna razón, me daba miedo dormir, siempre había tenido pesadillas pero
esta noche sentía algo distinto, algo extremadamente extraño, no sabía que era
pero no quería dormir.
Opte por tomarme una bebida energética, que
aunque me tomara miles no me hacían efecto.
El sueño me venció, de nuevo me sentía
despierta, pero estaba soñando, todo era tan antiguo, era como en los años de
libro orgullo y prejuicio o más tiempo atrás.
Todo era tan raro, nadie me miraba, era
como si no estuviera en ese “mercado” de bienes.
Algo me llamo la atención, un hombre
alto, cabello negro como el carbón. Fue entonces cuando lo vi bien, el volteo a
verme, era Lionardo, se veía tan bien.
De nuevo volteo hacia el otro lado,
dándome la espalda; camine hacia él en busca de respuestas pero, fue entonces
cuando me vi, estaba yo a menos de 10 metros de Lionardo, vestía un vestido de
época antigua, una “sirvienta” estaba a mi lado, había una tercera mujer atrás
de mi, la abraza con ternura, y reíamos juntas, la mujer era joven no pasaba de
los 22 años, su piel era blanca, su cabello negro y sus ojos eran expresivos,
era una mujer bonita.
Me acerque lo mas que pude a ellas para
escuchar de que hablaban, me pareció sorprendente verme; ellas no me veían,
parecía como si fuera un fantasma.
-y ¿en donde lo conociste? – le decía yo,
bueno, yo antigua. Todo era muy confuso
- cerca de la iglesia, hace dos meses...
– le contestaba la otra joven
-¿por qué no me habías dicho nada? –
exclamaba mi otra yo.
- porque, no lo sé, mis padre me dijeron
que no hablara con alguien de él.
- ¿Por qué? Es extraño
- no lo sé, simplemente me dijeron que no
hablara. ¡Mira! Ahí está – mi otra yo, volteo a ver a Lionardo, el sonreía de
oreja a oreja, amaba esa sonrisa.
-¡ALINA! – la voz de mi madre me saco de
aquel “sueño”.
Baje corriendo las escaleras, pesando en
lo que había sucedió, ¿Por qué ese sueño?
POV LIONARDO
Alina, Alina, ¡Alina! Todo mi atención y
mi mente la ocupaba ella, solo podía ver su imagen, no me podía concentrar en
otra cosa.
Comparaba las veces en que había
estado mi lado. Como ha cambiado, pero
esta vez, fue un cambio total, ya no era la misma chica de 17 años que conocí
en sus otras dos vidas pasadas.
Ella, simplemente ya no sonreía como
antes, ya no salía tanto, y sobre todo, no tenía ningún amiga. En la
preparatoria, le hablaba a las demás chicas pero, ella lo decía, eran conocidas
no amigas. Me sorprendía mucho, todo el cambio repentino, aun recordaba en su
amiga de la segunda vida, su nombre era Alice, eran tan unidas, incluso en su
primera vida tenía una amiga que se llamaba Ellen, pero hoy, en esta vida, no tenía
ninguna amiga.
¿Cómo una persona puede cambiar
repentinamente? No tengo ni la menor idea, solo sé que ella no era la misma,
ella era otra Alina, una Alina que me fascinaba pero a la vez e preocupaba.
Escuche las pisadas de alguien en la
sala, solo podía ser el, ¡dios!, ¿Cuándo me dejaría en paz? Acaso ¿nunca?
-bien, y ahora ¿Qué quieres? – exclame
con frustración al entrar en la sala de mi departamento.
- es hora de que te acerques mas a ella o
será tarde
- es lo que hago Mario, por el amor de
dios y déjame en paz, y te aguante muchos años, más de un siglo, por…
- empieza a recordar las cosas y tu sabes
muy bien lo que eso significa
Por supuesto que lo sabía muy, las cosas
se empezarían a poner feas, muy feas y peligrosas tanto para ella como para mí.
-¿Cómo lo sabes?
- sabes muy bien que yo la conozco
perfectamente
-¡no te pregunte eso! ¡Como lo sabes! ¡Responde!
-por que a partir de los 17 años de Alina
yo puede leer sus sueños, o más bien saber cuándo es la hora de recordar. Me
sorprende que no te hayas cuenta Lionardo.
Alina estaba recordando, mi corazón
empezó a latir como si fuera un
martillo, estaba seguro que Mario lo oía.
Ella, el amor de vida, la razón por la
cual éxito, me estaba recordando.
Voltee a ver de nuevo a Mario, pero como
siempre, desapareció, ya no estaba en esa habitación.
Me deje caer sobre el sillón, pensando en
que le diría cuando supiera todo, como empezaría
a ser algo más que un amigo.
Me de nuevo Mario me saco de mis
pensamientos, la puerta principal de mi departamento se abrió.
-Mario, ¿me tienes que decir otra cosa?
- no soy Mario, amor, acaso no me
reconoces. – esa voz, la conocía perfectamente, siempre llegaba en el momento
menos oportuno. – ¡vaya! Yo también te extrañe Lionardo.
- la última vez que te vi, tuve muchos
problemas, así que no, no te extrañe, no entiendo que haces aquí – mi ira se
notaba en mi voz y mi mirada.
Se acerco muy lento a mí, con sus botas
negras de piel y de tacón, siempre con ese estilo de rockera y ruda, era igual
de delgada, con su cabello negro y ojos verdes miel, sin duda era hermosa, pero
ella solo había tenido todos estos años eso, solamente era hermosa, porque no tenía
sentimientos, desde que. Bueno desde la primer vez que la vi.
-¿no piensas decir nada mas? – me perdí
en mis pensamientos que no me di cuenta que la tenia ah muy pocos centímetros
de mi rostro. Me di la media vuelta y me aleje.
-¿Qué quieres esta vez?
-sabes muy bien lo que quiero Lionardo,
¿acaso todos esto años no te diste cuenta? – me respondió con una tranquilidad
que de verdad me estreso.
- sabes muy bien que no puede ser, Alina
es…
- Alina, Alina, Alina, Alina, siempre
ella, ¿no te has cansado de esperarla? Y si ella escoge a otro, ¿Qué harás?
-¡no puede escoger a otro! ¡Ella es mía!
¡Es mi esposa! – empezaba a gritar. Con solo pensar esa idea la rabia me consumía
-no es tu esposa en esta vida, ella ni
siquiera te recuerda.
-¡cállate! ¡Vete de mi casa! ¡No te
quiero ver nunca más!
Se escucho que caminaba y abría la
puerta, voltee a verla pero ella seguía parada en el umbral de la puerta.
-ten cuidado, alguien te puede ganar el
amor de Alina – fue lo último que dijo y se retiro de mi departamento.
Esas palabras penetraron mi alma y corazón,
no salía de mi cabeza.
Corrí lo más rápido que pude hacia el cajón
de mis recuerdos, aquel cajón donde estaba una bella caja negra.
Al abrirla una lagrima recorrió mi
mejilla derecha, la vista se me nublo. Lo primero que vi fue la foto de 1941,
cuando ella acepto ser mi esposa por segunda ocasión. Éramos tan felices, porque
me tenía que tocar esta vida. Sin tan solo hubiéramos sido humanos normales hubiéramos
quedado por años en nuestro matrimonio en 1809, la primera vez que la conocí.
Ella me amaba, lo sentía y lo sabía, pero
aun no se daba cuenta de la verdad, aun no se daba cuenta que su amor estaba al
lado de ella.
El sol entro por la ventana, dándome directo
hacia la cara, me quede dormido entre el llanto de la noche pasada, con la fotografía
de ella en mi manos, sus cartas alrededor mío, sus perfumes, todo lo de ella.
Era tarde para ir al instituto, tenía que
pasar por Alina así que me salte la ducha y solo me arregle, hoy empezare a
acercarme a ella.
La llame para avisarle que en cinco
minutos llegaría por ella pero me mando al buzón de voz, lo intente por última
vez hasta que me contesto.
-bueno – su voz era única, amaba
escucharla
- Alina, soy Lionardo, lo que pasa es que
se me hizo tarde, pero en cinco minutos llego por ti para ir a…
- Lionardo, lo siento, am… ya no estoy en
mi casa, voy de camino al instituto – su voz se escuchaba nerviosa.
- ¿a si? ¿Quién te llevo? – los celos de
apoderaban de mi
- Paolo Peralta, es un buen amigo y paso
por mi temprano, te veo en instituto Lionardo, hasta luego –la llamaba finalizo
pero lo que más inquieto fue que la conocía
perfectamente, ella ocultaba algo, a mi no me podía engañar.
Me fui lo más rápido que pude al instituto
odia los celos, pero no podía dejar de sentirlo por ella, por mi reina.
Con solo el hecho de pensar que sus besos
y sus caricias podían ser de otro me consumía la rabia.
No sé cómo no me accidente, al llegar al
estacionamiento vi que ella seguía en el carro con Paolo, reían y hablaban,
quise ir a partirle la cara a ese hijo de la luna, sin darme cuenta ya estaba
caminando hacia ellos, pero algo que vi en ese carro me detuvo.
El la tomaba de la mano, y la besaba,
ella lo miraba con ternura y amor, era como me miraba a mí.
Ella… ella… ella estaba enamorada de un
hijo de la luna, ¡NO! ¡NO PODIA SER CIERTO!
-te dije que la cuidaras, que alguien te podía
ganar su amor – otra vez esa voz. Andrea estaba a mi lado. La agarre por el
brazo llevándola directo del roble grande el estacionamiento, - ¿sabes? Me estas
lastimando, suéltame Lionardo – la avente muy despacio que su espalda choco
contra el tronco del árbol
- ¿Cómo sabias lo de Alina? – cada vez la
frustración y la ira se apoderaban de mi.
- recuerda que la hora se acerca y…
-¡BASTA CON ESO ANDREA! – unos cuantos
estudiantes que pasaban por ahí me miraban – creo que se perfectamente que la
hora se acerca, ahora dime, ¿Cómo sabias lo del hijo del tiempo? ¿La has
espiado de nuevo?
- recuerda la carta del destino…
-cállate y dime lo que sabes.
- ella no dirá nada Lionardo – la voz de
Carmine nos sorprendió a mí y a Andrea
- ¿tú también? ¡Vaya! La carta del
destino dice la verdad, - dijo Andrea. Empezó a reír como loca
- ¿de qué verdad hablas? – Me sonrió de
oreja a oreja – contéstame
- todos estaremos de nuevo juntos
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- no confio en los angeles, confio en lo que soy capaz de hacer por mi misma - rose hathaway - vampire academy
wow! esa frase si ke me gusta! por ke me keda demasiado bien.
chikas! les subo cap por fin! a la hora 1:26 de la mañana prometo que el sabado pasare por sus blogs, el sabado presento el examen de admision de la universidad! QUE MIEDO!
bueno, recomienden el blog pekeñas por favor!
se los ruego, recomienden!